El diseño de un nuevo método que permite pronosticar los volúmenes de producción y maduración de frutos cítricos, para la organización de la cosecha, destaca entre los logros del Instituto de Investigaciones de Fruticultura Tropical (IIFT), en la capital.
Esa iniciativa aplicada con todo éxito en la región occidental de Cuba, donde se concentra el 80 por ciento de la producción total del país, se lleva a cabo particularmente en la naranja y la toronja.
La Doctora en Ciencias Mayra Betancourt, directora de Ciencia y Técnica en esa entidad, explicó a la prensa que el nuevo sistema posibilita también determinar el inicio de la cosecha y su comercialización en el mercado interno y en frontera.
Betancourt precisó que este aporte científico contribuye a la reducción de las importaciones por concepto de elaboración de cascos de toronja, ya que es posible aprovechar el mayor grosor de la corteza, antes de que madure.
Según datos estadísticos, el precio de venta para ese producto y la naranja se incrementó en un cinco por ciento, con un beneficio económico de 9.64 dólares más por tonelada de fruto con respecto al método tradicional de iniciar la cosecha.
El resultado de la investigación se debe a un estudio interdisciplinario realizado durante 20 años, en el cual intervinieron especialistas de la Universidad de La Habana, del Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas (INCA) y del Grupo Empresarial Agrícola, entre otros.
Una de las estrategias del Ministerio de la Agricultura para garantizar la alimentación del pueblo está vinculada al incremento de la producción de cítricos y frutales en todos los municipios del país, mediante la creación de fincas integrales.
Entre los propósitos del organismo está extender su cultivo a más de 100 cooperativas, a partir de la aplicación de todos los sistemas de ciencia y técnica en función de elevar la productividad y los rendimientos.