José Martí. Autor: Roberto Suárez Publicado: 21/09/2017 | 04:51 pm
Dejando atrás un 2011 intenso, preñado de cambios y de mucho esfuerzo para los hijos del archipiélago, nos alistamos para un suceso de cardinal importancia: la Conferencia Nacional del Partido Comunista de Cuba (PCC), a celebrarse este enero.
Como el cónclave y las directrices que en él se aprueben gravitarán sobre la vida de todos, este diario desplegó a sus reporteros por múltiples lugares del país para pulsar ánimos y recoger reflexiones de nuestros jóvenes, fueran o no militantes, a propósito de la magna cita. Dos preguntas resultaron puntos de partida: ¿Qué hacer para que el Partido siga fortaleciéndose como ente de unidad de la nación? ¿Cuánto deben aportar los jóvenes para profundizar el afianzamiento de la organización política como elemento de cohesión?
Uno de los diálogos más interesantes tuvo lugar con estudiantes de la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte y Loynaz, y con trabajadores, en la misma provincia, del sector ganadero.
El estudiante universitario Galano Oliver opina que «más allá de espacios ordinarios, de procesos políticos orientados, hay que ver al Partido como ente activo en la vida cotidiana en cada sector y espacio del país. Ese siempre ha sido un estilo de la dirección histórica de la Revolución, de ahí su liderazgo para sembrar unidad y convocar a las masas».
Los encuestados no pasaron por alto retos que tienen las organizaciones políticas en su labor: hay que estar presente —afirmaron— en todos los lugares posibles, pues mientras haya un espacio sin ser atendido o escuchado, habrá condiciones para la desunión y la desorientación ideológica.
«La atención del Partido debe llegar a todos los jóvenes, no solo los militantes. El vínculo que se establezca debe ser estrecho y directo, porque hoy los escenarios cambian y aparecen nuevos ámbitos donde existen grupos poblacionales que deberán ser escuchados cotidianamente tanto por el Partido como por la Juventud», acentuó el profesor de Matemática Yosbel Morales.
Pensar en todos con todos
Para Yorkis Navarro Pérez, de 29 años de edad e ingeniero en Mecanización Agropecuaria de la cooperativa de producción agropecuaria (CPA) Felipe Torres, en el municipio avileño de Ciro Redondo, otro punto en el que se debe profundizar es en la desigualdad social que tenemos después de muchos años difíciles.
«Creo que en ese tema algunos podrían encontrar la oportunidad de dividir y debilitar a la Revolución. Algunos están pensando mucho en el «yo» pero muy poco en la colectividad. Hay que pensar en todos, lograr que el trabajo sea realmente la fuente de bienestar y sustento de la familia, aprender a respetarnos y alejar el sentido del dinero como lo más importante».
Ante la interrogante sobre qué deberían aportar los jóvenes en el actual proceso que vive Cuba, los entrevistados mencionaron la palabra «dinamismo». Alexis Gómez González, de 23 años y auxiliar de almacén en la empresa municipal de Gastronomía de Ciego de Ávila, comentó que «se debería perfeccionar el nivel de integración de los jóvenes a los cambios que ocurren en la sociedad».
Cambios en el ámbito económico y social implican desde luego transformaciones en métodos y estilos de trabajo. El VI Congreso del PCC subrayó esa certeza y dejó listo el camino para la próxima Conferencia, donde habrán de prefigurarse muchos contornos en el universo del trabajo ideológico, algo que sin dudas despierta expectativas.
Carlos César Torres Páez, de 22 años y profesor de Marxismo en la Universidad Hermanos Saíz Montes de Oca, en Pinar del Río, afirmó que «la labor del Partido tendrá su implicación en la de la UJC como cantera de este. Es un tema de interés en momentos en que algunos hablan de la capacidad de la juventud para asumir los retos en la continuidad histórica de la Revolución. Seguramente de la Conferencia saldrán directrices importantes al respecto, porque si el Partido revisa sus métodos de trabajo, la organización juvenil deberá hacerlo igualmente».
Para Nelson Bermúdez Morales, militante de la UJC en la villaclareña Industria Nacional Productora de Utensilios Domésticos (INPUD), el protagonismo del Partido depende de sus militantes, y su verdadero impacto en la sociedad va más allá de las reuniones de los núcleos.
«No basta con que en ese espacio todo marche bien si la influencia no trasciende a la comunidad. Y se da el caso, por ejemplo, de que en un centro marchan mal las cosas sin que la militancia, tampoco excluyo a la de la UJC, logre revertir la situación o, al menos, enfrentarla».
Para él resulta incomprensible que haya dirigentes en la base y en niveles intermedios que no tengan una estrecha vinculación con la población. «La falta o la escasez de ese intercambio cercano, que se descuida por otras prioridades, resquebraja hasta la credibilidad, como consecuencia de que se tratan a distancia, sin ese cara a cara tan necesario, lo cual supone en sí mismo un elemento de desunión».
En opinión del holguinero David Sosa Martín, de 31 años de edad e ingeniero de la empresa niquelífera Ernesto Che Guevara, en Moa, «para que el Partido se fortalezca en su esencia de ser unidad de la nación es imprescindible mantener una constante retroalimentación con todos los sectores de la población, especialmente en la hora actual».
Manifestó que aunque se hayan discutido con anterioridad las vías para realizar las transformaciones de hoy, la labor político-ideológica a realizar debe estar más acorde con las condiciones de cada región del país o sector económico, según se trate, porque aunque nuestro país es relativamente pequeño, ninguna zona geográfica o centro de trabajo es exactamente igual a otro.
«La unidad será posible siempre que garanticemos una comunicación constante, abierta y franca entre nuestros militantes sobre la realidad nacional. Es necesario fortalecer el vínculo con la gente, que nos permita, primero, alertar oportunamente sobre los errores y desviaciones que puedan cometerse en la construcción de la sociedad que defendemos».
Travesía hacia la juventud
En todos los desvelos que vive Cuba los jóvenes son actores sustanciales, son camino, motivo para el pensamiento y destino mismo de todos los esfuerzos. Ariel Mozón Velasco, secretario del comité de base de la UJC en la Central Termoeléctrica Antonio Guiteras, de Matanzas, refirió que «para que se fortalezca el Partido en su esencia de ser la unidad de la Revolución, este y la Juventud como su cantera fundamental, están llamados a dejar a un lado cualquier manifestación de burocratismo y con él todas las prácticas que limitan el desempeño de las organizaciones políticas y de masas», refirió el joven, quien además significó que hay fenómenos sociales, como la corrupción, que deben ser enfrentados con energía y urgencia.
En la provincia de Granma Juventud Rebelde entrevistó a los jóvenes Alexei Figueredo Montero y Javier Fong, contador y abogado, respectivamente. Ambos coincidieron en que todavía los más nuevos necesitan mucho mayor información sobre las tareas que realiza esa organización de vanguardia.
Para él, «hay que buscar las vías para argumentarles a las nuevas generaciones la importancia de los actuales procesos», acotó el contador de 32 años.
Javier, por su parte, consideró que el Partido puede hacer más atractivo su mensaje ideológico para las nuevas generaciones».
Tanto Alexei como Javier recalcaron que los jóvenes pueden aportar muchísimo si se les hace responsables de tareas complejas o simples. «O si nosotros mismos las buscamos, que debe ser lo ideal», subrayó el primero.
«Sobre los hombros de nosotros, los jóvenes, descansa el porvenir de Cuba. Si cedemos ante ese peso colosal, se perderá lo conseguido en medio siglo. Pero si resistimos y continuamos la marcha, el futuro confirmará que el socialismo es la mejor solución», enfatizó Leonardo Miguel Sánchez Mendoza, de 27 años, cuando abordó el tema del rol de su generación en estos tiempos.
El joven, quien labora como especialista de Operaciones en la Empresa Provincial de Transporte de Las Tunas, opinó que «la mejor alternativa para que el Partido se fortalezca y continúe siendo el factor aglutinador de la sociedad cubana es que actuemos desde cada amanecer con la convicción de que solo el trabajo nos salvará. Nuestras dificultades no se resuelven con pases de magia ni con golpes de fortuna. Para colmo, la naturaleza no fue muy pródiga a la hora de proveernos de recursos naturales. Hay que trabajar a conciencia, no hay otra opción. Pero todos juntos.
«Cada puesto laboral debe constituir frente de combate en lo relacionado con el incremento de la producción y el mejoramiento de los servicios», agregó, al tiempo de señalar que «aportar más y con mejor calidad para que rebasemos lo más rápidamente posible esta difícil etapa, debe constituir un lema en cada centro. Pero sin convertirlo en consigna, es decir, interiorizándolo como necesidad impostergable.
«El trabajo de los jóvenes de la vanguardia es garantizar en cada centro laboral que los planes de producción se cumplan. No hay tarea más importante que esa. La Conferencia del Partido Comunista de Cuba tendrá en cuenta, seguramente, el rol que les reserva el presente y el futuro a la nueva generación de cubanos. Porque, como dijo una vez Fidel, si los jóvenes fallan, todo fallará. Y no fallaremos».
En la Isla de la Juventud el joven José Miguel Rodríguez de la Torre, trabajador de la Empresa Eléctrica, consideró importante que de la futura Conferencia nazcan líneas de trabajo con la UJC, en aras de fortalecer el trabajo. «Las tareas que se le orienten a la organización juvenil necesitan hoy mayor seguimiento, control y evaluación; así se gana calidad en la preparación de los cuadros y se fortalecen las filas del Partido», dijo.
También de la Isla, Caridad Chacón Otero, económica de 27 años, opinó que «con una preparación política profunda se garantiza la calidad del futuro cuadro; además, el diálogo abierto y diario ayuda mucho y debe ser más frecuente; y debe hablarse sobre la necesidad de sumarse a lo productivo, no imponer esa incorporación».
Alexander Figueredo Savón, al frente de la actividad ideológica del Comité Municipal de la UJC —quien ostenta la doble militancia y fue electo delegado a la Conferencia Nacional del Partido por la Isla de la Juventud—, meditó que «algunos responsabilizan al PCC por cualquier problema que debió resolverse administrativamente y no se hizo. Eso podría evitarse con mayor exigencia, y si el dirigente es capaz puede lograrlo, de lo contrario sería bueno aplicar con rigor el concepto de Revolución expresado por Fidel, donde alude a cambiar todo lo que deba ser cambiado».
Figueredo Savón admitió que la tarea es compleja pero no imposible: «La mentalidad de las nuevas generaciones es diferente a la de sus padres, pero se puede ganar mucho desde el diálogo personalizado, aprendiendo a escuchar, a opinar, a debatir, a buscar soluciones, a trabajar con responsabilidad y motivar a los jóvenes».
Pulsando el corazón
Yagen Zayas Rubio, joven que en Cienfuegos se estrena como elaboradora y vendedora de alimentos ligeros, dijo a nuestras páginas que «las actuales transformaciones han sido muy acertadas, pues nos permiten buscar nuevas opciones para mantener a la familia… ¡Ojalá todos entiendan la necesidad que había de ponerlas en práctica! La gente debe asimilar los cambios con la rapidez demandada por la situación económica del país. Y hablo de comprensión pública porque, por desgracia, la conciencia no cambia de un día para otro.
«Hoy todos los cubanos debemos apoyar estos procesos, como mismo lo aclara Raúl en sus intervenciones; y no hablamos de cambiar principios, sino de mentalidades cerradas que entorpecen el proceso revolucionario».
Yagen Zayas aseguró que desde su posición de trabajadora por cuenta propia cree que fortalecerá al Partido Comunista de Cuba, el cual debe apuntalarse a partir del entendimiento de los nuevos procesos, que deben ser transparentes. A los militantes les corresponde ser cada vez más honestos y capaces de enfrentar la realidad, sin hipocresías ni burocratismos.
Por su parte el teniente José Antonio Calderón Aguilar, quien con sus 25 años integra las filas del MININT, añadió: «nuestra organización debe seguir consolidando su autoridad y su prestigio ante la población.
«A los jóvenes hay que guiarlos, pero sin inhibirles sus impulsos por exceso de paternalismo. Los jóvenes deben estar siempre al frente, en las tareas “más gordas”, y hay que hacerlos sentir como lo que verdaderamente son: indispensables en cada uno de los procesos, en los lugares donde se estén librando las más importantes batallas por el desarrollo y el bienestar de la nación».
En el acercamiento de JR a voces diversas, otros entrevistados difundieron la importancia de que los dirigentes a nivel de base sean líderes seleccionados a partir de sus resultados, experiencias, sensibilidad, capacidad y audacia intelectual.
Según los interpelados, tanto el Partido como la UJC deben exigirle más a sus dirigentes una superación profesional constante: se presta mayor atención, destacaron, a la preparación política e ideológica del cuadro para su formación y evaluación, pero no debe perderse de vista que no solo se defiende la Revolución, su unidad e independencia siendo un buen cuadro político, sino también siendo un buen profesional, que deberá en un futuro ejercer su carrera.
Y resultaron recurrentes las ideas de que hay que consolidar la participación popular en las principales batallas, de que las insatisfacciones de la población deben verse como las motivaciones principales para el trabajo político-ideológico, y de que debemos trabajar de conjunto para solucionar los problemas.
Para Yania Sorribes de la Fe, militante de la UJC del aeropuerto Antonio Maceo de Santiago de Cuba, los intercambios entre el PCC y la UJC deben fomentarse sobre la base de una constante retroalimentación. Y atendiendo a los propósitos de un verdadero joven comunista, debemos rescatar los valores político-ideológicos en el universo juvenil que nos rodea; velar por el correcto funcionamiento de los comités de base; defender en toda circunstancia la convicción revolucionaria y comunista; ganar en valentía política para que se escuchen y respeten nuestros criterios; y rescatar el estudio y la profundización en nuestra historia».
Cuando la moral manda
Los integrantes de la Universidad agramontina hicieron alusión también a la ejemplaridad de la militancia, y al respecto destacaron que esta no puede ser un cliché, sino algo que trascienda los espacios predeterminados de reuniones, actos, trabajos voluntarios o asambleas. Así lo expresó el estudiante de tercer año de Periodismo, Diosmel Galano Oliver.
De ser coherentes, como de una sola pieza en la ejemplaridad, habló el profesor de Matemática y secretario del Comité Primario de la UJC del centro universitario, Yosbel Morales Olivera, para quien el militante debe ser bueno en su escenario familiar, con sus hijos y seres cercanos: hay una comprensión errónea, alertó, en el concepto de lo que llamamos ejemplaridad del militante; ver esa ejemplaridad divorciada de los valores más entrañables afecta el empuje entre las masas de los exponentes de la vanguardia.
El joven Morales Olivera valoró que se deterioraría la unidad de la nación si no ingresaran a las filas del Partido y de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) los mejores entre los mejores. «Se afectaría incluso la continuidad de la Revolución, porque si se creciera en la UJC sin tener en cuenta esa ejemplaridad integral, no habrá calidad en el joven militante, y mucho menos credibilidad de la gente en las organizaciones».
Climent López, trabajadora de la Casa de la Cultura de Santa Clara, consideró que la influencia se logra también, con mayor facilidad, cuando los militantes son capaces de mantener una actitud cristalina en todos los espacios de la vida. Y el villaclareño Bermúdez Morales opinó que para hacer que el Partido se fortalezca en su esencia de factor que una las fuerzas de la nación, corresponde a los militantes de la UJC ser verdaderamente vanguardias en tanto son la cantera natural de la organización rectora.
En su criterio todo está escrito, pero el enredo viene cuando la vida exige plasmar en la práctica lo que conocemos de memoria: «Si el militante de la UJC resulta un ejemplo que enfrenta sin miedo lo mal hecho, está enviando así el mensaje de lo que significa ser joven comunista. De ese modo nada abstracto la juventud militante puede movilizar a otros muchos jóvenes para acompañar al Partido en su responsabilidad de guía y unión de la sociedad».
En una batalla donde la subjetividad, el hombre y sus valores constituyen factor clave, los cubanos insisten en atender, por sobre todas las cosas, la calidad humana de los protagonistas. Por eso resultó mayoritaria en este sondeo la preocupación por la calidad en los procesos de ingreso a las organizaciones políticas de vanguardia.
«Para ser militante del Partido lo primero que hay que ser es comunista, y serlo implica ser buen trabajador, tener disposición para ingresar a las filas, pero también ser honesto, honrado, humilde, no ser pasivo, tener madurez política.
Sumado al mismo espíritu, el ganadero Edilney Estévez Herrera, de la cooperativa de créditos y servicios (CCS) Argélico Lara, del municipio de Vertientes, expresó que «si la vanguardia partidista no es integrada por hombres y mujeres sencillos, modestos, con sentido de colectivismo, de humanismo y hermandad, no habrá quien la siga».
El campesino agregó que «hay ciertos cuadros o funcionarios que no miran ni para los lados, no comparten con el obrero». Muy a tono con lo anterior, los jóvenes consultados por el diario en este territorio definieron que hay que «pegarse» más a las bases productivas, porque muchas veces si no es por un acto o una reunión, nadie lidia con ellas. Los jóvenes hablaron de eliminar el reunionismo y dedicar ese tiempo, más que a visitar, a compartir con las personas en los centros laborales.
La unidad hacia lo más profundo del país pasa por infinidad de anhelos y propósitos, de los cuales estas líneas son reflejo. Inquietudes que por estos días de fin de año son como luces apostadas en el traspaso esperanzador de un lapso al otro, en la ruta ascendente y tenaz del país mirando a su mejor destino.