Doctor Calixto Valdés Pérez, uno de los pioneros en la aplicación del Heberprot en el país. Autor: Roberto Morejón Guerra Publicado: 21/09/2017 | 05:13 pm
Nancy Santiesteban hubiera podido perder su pie derecho. La sola idea de que pudo verse sometida a una amputación todavía la asusta. Esta «cincuentona» de la capital, que sufre de diabetes, ingresó hace casi dos meses en el hospital Guillermo Fernández Hernández-Vaquero por una lesión en la planta del pie. Primero sentía como se le ensanchaba, después una secuencia de callosidades terminaron convirtiéndose en peligrosas ampollas. Hasta que casi le era imposible moverse.
Cuando este equipo de JR la encontró, parecía venir de alguna resurrección milagrosa. Su naturaleza tranquila parecía estar como excitada: «He visto los cielos abiertos», nos dijo.
Luego de una meticulosa intervención quirúrgica, destinada a remover el tejido infectado y muerto y a corregir las zonas de apoyo en la planta de su pie, Nancy está entre los cubanos que atestiguan las «bendiciones» de uno de los productos más prometedores logrados en los últimos años por la Biotecnología del país: el Heberprot-P.
«En otro tiempo una lesión como la mía hubiese significado perder la extremidad, lo cual hubiese sido muy doloroso», exclamó, mientras terminaba de recibir una de las sesiones habituales del medicamento.
«Antes no sentía nada del tobillo para abajo porque mi circulación era pésima y la infección muy grande. Incluso, casi ni sangraba. Ahora veo las “estrellas” cuando me introducen la aguja, y la herida está rojita, rojita. Eso significa que me ha crecido un tejido renovado, con nuevos vasos sanguíneos», señaló.
«Aunque ahora haya recuperado en parte la sensibilidad y me duela más que al principio, es un dolor necesario y gratificante», comentó sonriente.
Segundos que deciden vidas
La insuficiente cicatrización de los diabéticos constituye un grave problema médico no resuelto a nivel internacional. Baste decir que cada 30 segundos en algún lugar del planeta un paciente con lesiones ulcerosas en los pies, causadas por dicha enfermedad, sufre una amputación.
Sin embargo, aun cuando se calcula que para el 2025 habrá más de 300 millones de casos de diabetes en todo el orbe —cobrando incluso más vidas que el VIH/sida—, los pacientes cubanos con úlceras de pie diabético (upd), así como expertos en Angiología y Cirugía vascular, se muestran optimistas ante este serio problema.
Todo gracias al Heberprot-P, un producto nacido del empeño e ingenio de los científicos del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de Cuba (CIGB), que ya ha dado sobradas muestras de su efectividad.
Producto eficaz
En Santiago de las Vegas se levanta uno de los servicios de Angiología más grandes y prestigiosos del país. Se trata del Hospital Guillermo Fernández Hernández-Vaquero, una instalación que ha destinado 40 camas exclusivamente a tratar pacientes con úlceras del pie diabético y otras lesiones similares.
Fue precisamente esta capacidad hospitalaria la que permitió que desde mayo de 2010 este centro se convirtiese en uno de los abanderados en la extensión del Heberprot-P en el archipiélago.
Así lo confesó a JR la doctora Elena Rodríguez Corrales, jefa de Angiología y Cirugía vascular del hospital, quien agradece a la Biotecnología cubana por tan valiosa contribución.
«La cirugía en los diabéticos es muy ingrata. Los cirujanos siempre hemos sufrido las consecuencias de la falta de vascularización del paciente que padece de esta enfermedad. Usted operaba la zona y se obstruía rápidamente. Los resultados siempre eran fatales y las amputaciones muy abundantes», explica Rodríguez.
Después de la aparición del Heberprot-P —reflexiona— hemos logrado cosas que siempre hemos deseado y por lo que siempre luchamos: obtener una rápida cicatrización de la lesión con un tejido firme y bueno.
Según la experta, en los inicios muchos especialistas y pacientes se mostraron renuentes a usarlo pues, al tratarse de un factor de crecimiento epidérmico, consideraban que también podría hacer crecer las bacterias de la lesión.
«Eso no es posible porque la bacteria es una célula encapsulada y los receptores de factor de crecimiento están en la membrana celular, no expuestos en la cápsula, por lo que no pueden captarlo».
No obstante —medita Rodríguez— con el tiempo ha quedado más que demostrada la efectividad de este medicamento que, si bien no es una vacuna para no tener pie diabético, sí constituye una herramienta más para disminuir las complicaciones.
La doctora reveló que el tiempo que demora en sanar la lesión luego de la aplicación del producto está por debajo del 50 por ciento del tiempo inicial, cuando apenas podía contarse con fomentos y antibióticos.
Incluso —dice— lo han usado en pacientes que no tienen pie diabético, que padecen úlceras complejas de diferentes etiologías vasculares, venosas, arteriales y úlceras de lepra, con magníficos resultados.
«Realmente las amputaciones se hacen en aquellas personas que llegan al hospital con isquemias muy críticas, con lesiones demasiado complicadas que no tienen solución», recalcó.
Efectivo, pero complementario
El doctor Héctor Álvarez Duarte se declara afortunado por ejercer su especialidad en el Instituto Nacional de Angiología y Cirugía Vascular (INACV), institución que contribuyó a demostrar la efectividad del Heberprot-P en un estudio clínico piloto entre los años 2001 y 2002.
«Antes, en este hospital se efectuaban cada año más de 300 amputaciones por diabetes. Ahora se hace apenas el 12 por ciento de esa cifra», destacó el doctor.
Sin embargo, ello no significa que se obvien otros procesos quirúrgicos o médicos, aclara Álvarez. «El Heberprot es un complemento más, pero sin dejar de realizar otros pasos necesarios en el tratamiento.
«Por eso, quien aplique el producto tiene que estar relacionado con la patología, con todos los daños vasculares y circulatorios, con el control metabólico de los diabéticos, para poder decidir cuándo hay que tomar alguna conducta quirúrgica, y cuándo y dónde se debe aplicar el medicamento».
Para ello —recuerda el experto— en el país se ha desarrollado una intensa labor de capacitación, que ha implicado a licenciados en enfermería, médicos generales, ortopédicos, cirujanos, e incluso podólogos; aunque, al final, todo el cuidado debe estar liderado por el angiólogo.
Al igual que su colega, el doctor Calixto Valdés Pérez, jefe del Servicio de Angiopatía Diabética del INACV, reconoce que el producto ha superado con creces las expectativas con las que fue creado, aunque —enfatiza— siempre será mejor optar por prevenir.
«Si los pacientes con diabetes toman las medidas pertinentes, no tendrán nunca que ponerse el medicamento. Los cuidados, por supuesto, dependerán del conocimiento que se tenga de esta enfermedad y de sus consecuencias», puntualizó el reconocido especialista, quien fue uno de los pioneros en la aplicación del producto en el país.
De ahí la necesidad de ser responsable en la dieta, mantener un régimen de ejercicios, hacerse frecuentemente un chequeo vascular y, sobre todo, corregir a tiempo cualquier problema ortopédico o podal que pudiera dar lugar a lesiones, agregó.
Según Valdés, entre otras cosas, los diabéticos suelen padecer de insuficiencia arterial, por lo que se les obstruyen las arterias principales de las piernas.
Como consecuencia —dijo— pierden la sensibilidad en las extremidades, cambian el apoyo de los pies (que se acortan y ensanchan) y modifican los puntos de apoyo con los que se hacen el despliegue de la marcha. Esas son zonas muy vulnerables a la aparición de lesiones.
«Por eso es muy importante asistir mensualmente a la consulta de Podología para cortarse las uñas y quitarse las callosidades, que luego se convierten en ampollas y finalmente en lesiones», concluyó.
La negligencia y la ciencia
La importancia de prevenir es una lección que nunca olvidará Otto Cruz Martínez, un paciente diabético de 74 años de edad, ingresado desde el 27 de junio en el INACV.
Según relató, en el 2008 perdió su pierna izquierda como consecuencia de un accidente, por lo que, desde entonces, la extremidad derecha asumió todo el peso de su cuerpo.
«Luego, un zapato comenzó a rozarme el dedo pequeño y me hizo una llaga, pero no dejé de usarlo. Tampoco me abstuve de fumar, lo cual es muy malo para un pie isquémico como el mío, con graves problemas circulatorios».
Todo ello —dijo— derivó en una lesión muy compleja y sin salvación, por lo que se optó por amputar varios dedos. Sin embargo —aclaró— no perdí mi extremidad completa, y en un futuro podré continuar trasladándome gracias a mi pie, aunque sea con ayuda de un andador.
Otto reconoció que para su proceso de recuperación ha sido fundamental el Heberprot-P, que paulatinamente ha contribuido a la granulación del tejido y al incremento de la irrigación sanguínea.
Otra de las favorecidas por los efectos del Heberprot-P es Felicia González Soa, original de San José, provincia de Mayabeque, quien llegó al INACV con una úlcera muy infectada.
De acuerdo con la paciente, todo comenzó el día en que, caminando por la casa, se enterró un clavo en el pie izquierdo. «Pero yo no tenía idea de lo peligrosa que era mi enfermedad, así que me descuidé y, en lugar de acudir a un especialista decidí tomar antibióticos, pensando que eso solucionaría el problema.
«A los pocos días la hinchazón era demasiado grande y me trajeron para este hospital, desde el 22 de julio, donde me retiraron todos los dedos de ese pie», recordó Felicia con dolor.
«Es muy triste pensar que no voy a poder disfrutar igual de mis zapatos nuevos, y que voy a tener más dificultades para mantener el ritmo de antes a la hora de hacer mis tareas diarias.
«Pero pudo ser mucho peor de no haber existido el Heberprot-P, que, sorprendentemente, en tres semanas me ha ayudado a cerrar la herida, evitando así cualquier posibilidad de perder el pie completo».
De manera similar, Manuel González Payán, diabético desde hace 35 años, confiesa sentirse mucho mejor después de varias sesiones con este medicamento. Su úlcera apareció por una quemadura, luego de quedarse dormido con una manta térmica encendida.
Azúcar, pero amarga
Pero no solo en la capital se reconocen los beneficios del producto, que ya está al alcance de los pacientes en toda la red de Angiología del país. En la provincia de Matanzas, entre las regiones con mayor número de diabéticos (3,9 por ciento del total de la población), son alentadores también los resultados de su aplicación.
En una visita de este diario a la sala de angiología del hospital provincial José López Tabranes, de la ciudad de Matanzas, el doctor Cristóbal Pancorbo Sandoval, especialista de segundo grado en Angiología y Cirugía vascular, subrayó que el uso del Heberprot ha permitido una disminución significativa de las complicaciones del pie diabético, así como de la tasa de amputaciones.
De acuerdo con el experto, desde la introducción de este medicamento se creó una metodología y un protocolo de actuación que ha involucrado a angiólogos, enfermeras y podólogos…, logrando así un tratamiento multidisciplinario para el paciente.
«Las cifras demuestran que es una alternativa segura, que aun cuando su efectividad no es de un ciento por ciento, sí constituye una herramienta eficaz para evitar las complicaciones», puntualizó.
Con él coincide el doctor Rider Febles Sanabria, igualmente especialista de segundo grado en Angiología y Cirugía vascular, quien considera que la efectividad del Heberprot-P está más que demostrada, no solo en Cuba, sino en países como Venezuela, Argentina, México y República Dominicana, que también se han beneficiado con las bondades de este producto.
Por su parte, el doctor Santiago Cantero Cárdenas, jefe del servicio de Angiología y Cirugía vascular en la provincia de Matanzas, explicó que un lustro atrás los angiólogos no contaban con un arma tan potente para su desempeño profesional.
El Heberprot-P, apuntó, ha despertado el añejo sueño de acelerar la cicatrización de úlceras del pie diabético profundas y complejas y de disminuir el riesgo de las amputaciones en esos pacientes.
Según el especialista, este producto se utiliza en la provincia desde hace cuatro años, aunque la aplicación pasó por varias fases. «Al principio estaba localizado en centros hospitalarios, con resultados parciales, y se cuestionaba si su eficacia era total o no. Sin embargo, hoy no nos quedan dudas.
«Actualmente, los 13 municipios matanceros, incluida la Ciénaga de Zapata, cuentan con angiólogos, podólogos y enfermeros capacitados para detectar los casos y administrárselo a todo aquel que lo necesite».
La licenciada en Enfermería Bárbara del Carmen Ortega Santana confiesa sentirse muy feliz con los resultados de este medicamento, que les permite a los pacientes disminuir el tiempo de hospitalización e incorporarse rápidamente a su vida social.
«Es muy gratificante que después de aplicar el Heberprot-P las personas te llamen a tu casa, o al verte en la calle te digan que están “como nuevos”», comentó sonriente, mientras le suministraba la quinta sesión del medicamento a la paciente Marta Domínguez Bermúdez, de 64 años y vecina del poblado de Canasí.
«Soy diabética desde hace 30 años y con la quinta inyección he sentido la mejoría», asintió Marta, acostada en la cama número 8, donde cumplía con estricta disciplina el reposo de su pierna izquierda.
«Yo padecía de muchos dolores, fíjate que hasta el aire del ventilador me molestaba, pero eso ha cedido después del tratamiento», recalcó.
Otros pacientes, como Lugarda Russinyoll, de la ciudad de Matanzas, han corrido mejor suerte, ya que apenas necesitó dos sesiones para su restablecimiento.
Propiedades y ventajas del Heberprot-P
•Acelera la cicatrización de upd profundas y complejas.
•Disminuye las amputaciones.
•Tres semanas de tratamiento con este producto han sido suficientes para observar granulación en más del 80 por ciento de upd con dimensiones de entre 1 y 80 centímetros cuadrados.
•Contribuye significativamente a mejorar la calidad de vida de los pacientes, ya que reduce el número y la extensión de debridaciones quirúrgicas o remoción del tejido necrótico, además de prevenir las recidivas (reaparición de una enfermedad algún tiempo después de padecida).
•Disminuye el tiempo de cicatrización, y con ello las complicaciones derivadas, tales como la gangrena y la infección o sobreinfección.
Consejos para no ignorar
Para evitar la aparición de úlceras de pie diabético los especialistas del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología aconsejan:
•Lávese los pies todos los días con agua tibia. Tóquela antes con la mano para asegurarse de que no esté demasiado caliente. Seque los pies completamente, especialmente entre los dedos.
•Revísese diariamente los pies para detectar alguna cortadura, lesión, ampolla, enrojecimiento, callosidad u otros problemas. Si no puede doblarse o levantar el pie para revisarlo, use un espejo. Si su vista no es buena, pídaselo a otra persona.
•Si tiene la piel seca, úntese crema humectante después de lavarse los pies y secarlos. No se la aplique entre los dedos.
•Use una piedra pómez o una lima de cartón para limar suavemente las callosidades. Hágalo después de bañarse o ducharse.
•Córtese las uñas una vez por semana o cuando sea necesario, preferiblemente después del baño. Hágalo siguiendo el contorno del dedo y procure que no queden demasiado cortas.
•Use siempre medias para evitar las ampollas. No use ninguna que le quede demasiado apretada debajo de las rodillas.
•Póngase zapatos que le calcen bien. Compre su calzado por la tarde, cuando los pies estén más hinchados. Use los pares nuevos con cautela, solo una o dos horas al día en las primeras semanas.
•Antes de ponerse los zapatos, toque el interior de los mismos y asegúrese de que no tengan bordes cortantes u objetos que puedan lastimarle.
•Protéjase los pies del calor y del frío. Utilice zapatos en la playa o en el pavimento caliente. No se ponga bolsas de agua caliente, ni almohadillas térmicas en los pies. Si se les enfrían durante la noche, use calcetines.
•Mantenga activa la circulación de la sangre en los pies. Suba los pies cuando esté sentado. Mueva los dedos durante 5 minutos, dos o tres veces al día. Mueva los tobillos hacia arriba y abajo y hacia adentro y afuera para mejorar el flujo de sangre. No cruce las piernas por períodos prolongados.
•No fume, pues esto reduce el flujo de la sangre a los pies. Pida ayuda para dejar de fumar. Trabaje con su equipo de atención de salud para controlar la glucemia, la tensión arterial y el colesterol.
•Sea más activo. Caminar, bailar, nadar y andar en bicicleta son buenas formas de ejercicio suave para los pies. Evite las actividades pesadas como correr y saltar.
•Hágase revisar los pies por un cirujano podiátrico, especialista en pies y tobillos regularmente, quien lo ayudará a prevenir las complicaciones que causa la diabetes.