SANTIAGO DE CUBA.— Hasta hace unas semanas no se conocían, y hoy parecen amigos de toda la vida. Tienen historias de vida e intereses diferentes, pero en estos momentos están unidos por el orgullo de haber sido seleccionados como delegados y el compromiso de ser embajadores por la paz y el futuro de los nuevos cubanos, a la próxima cita de los jóvenes del mundo, que tendrá su sede en la ciudad sudafricana de Pretoria.
Maite, una locuaz pionera de diez años del serrano municipio del Segundo Frente; Liana Thaislen, estudiante de preuniversitario; Dariel, quien cursa el quinto año de Ingeniería Eléctrica y preside la FEU en la Universidad de Oriente; Noelbelis Aguilera, joven destacado de la Empresa de Talleres Ferroviarios de San Luis y Julio César Dominicis, jefe del Departamento de Organización del Comité Provincial de la UJC, llevarán el mensaje santiaguero al evento.
Maite, no deja de repetir que está contentísima por representar a sus compañeritos de la escuela primaria René Ramos Latourt y a sus vecinos del reparto El Palmar, en Mayarí Arriba, quienes al conocer la noticia expresaron maravillas sobre ella.
Esta será la primera vez que sale de su casa para participar en un evento importante y, aunque confiesa que extrañará a sus padres y sus amiguitos, ha decidido amplificar la experiencia de los pequeños que como ella han podido dirigir su colectivo pioneril y así «aprender de todo, prepararse para la vida».
Cuando sea grande, Maite aspira a ser farmacéutica, como su mamá; pero ahora en Sudáfrica —aclara— desearía hablar sobre los derechos de los niños y niñas cubanos y del desarrollo que alcanza su municipio, en el que los pequeños tienen todo lo necesario para crecer y formarse como hombres de bien, a pesar de vivir en plena montaña.
Aunque sus 16 años le dan un poco más de madurez, Liana Thaislen tiene emociones similares a las de Maite. Aún saborea aquella sensación a mitad de camino entre la risa y el llanto con la que recibió la noticia ante sus compañeros del preuniversitario Ramón Campa Delgado, de Palma Soriano.
«Es una oportunidad grandísima que tenemos los jóvenes del presente de luchar por un futuro mejor», enfatiza, y agradece la posibilidad de ser protagonista del nuevo evento juvenil, en nombre de su madre, ama de casa; de su padre, economista devenido agricultor individual; de sus profesores y sus compañeros del 11no. -5, del secretariado de la FEEM palmero, que preside, de su hermana, que pronto cumplirá 15 años... pues a todos toca este reconocimiento.
Dariel Sánchez Viera, ese hiperquinético estudiante del quinto año de Ingeniería Eléctrica, que hoy dirige la FEU en la sexagenaria Universidad de Oriente, en lo adelante podrá asociar el XVII Festival con la fecha en que su secretariado se reunió y «llegó a acuerdos» a espaldas del presidente.
Por eso sonríe mientras saborea su elección como delegado al importante evento, que define como «grandiosa, inesperada» e interpreta como el premio a su centro de altos estudios y a su trayectoria como dirigente estudiantil, que hoy da frutos en el favorable cambio que experimenta el trabajo de la FEU en la Universidad de Oriente.
«A partir de la percepción de los detalles que afectaban el quehacer de la organización, hemos diseñado un sistema de trabajo coherente, y el progreso se nota, en la promoción de actividades, en la participación en eventos… Así seguiremos perfeccionando el día a día de la organización hasta que nuestra universidad se convierta en el espacio al que todos aspiramos, un entorno en que se formen verdaderos profesionales de ciencia y conciencia».
Habla Dariel con el sentido práctico, concreto, afín a su especialidad, y la misma vehemencia con que traduce su satisfacción por representar a los universitarios santiagueros en el Festival a desde el propósito de ocupar allá un lugar protagónico en la demanda por el cese de la guerra, porque aumente la educación pública en el mundo o por dar a conocer la injusticia que hoy se comete contra los cinco luchadores antiterroristas cubanos presos en los Estados Unidos.
Su convicción es también la de Noelbelis Aguilera González, técnico medio en equipos tractivos de la Empresa de Talleres Ferroviarios, de San Luis, cuya contribución ha sido decisiva, lo mismo en la recuperación de las casillas, coches y vagones necesarios para transportar las cargas que hoy necesita mover el país, que en la recogida de café en su municipio o en cualquier otra actividad productiva que requiera de sus esfuerzos.
Ese empeño de los nuevos cubanos para hacer avanzar su país, por estar a la vanguardia en cada una de las tareas del presente, dice, viajará con él como lo más preciado que puede exhibir en Sudáfrica. Es la manera más certera de poner en alto el nombre de su centro, destacado a nivel nacional por más de una década, imprescindible en la recuperación del transporte ferroviario cubano.
Y es que la historia de los delegados santiagueros a la XVII reunión de los jóvenes del mundo, es la del aporte y compromiso con su mañana, como ratifica Julio César Dominicis Escalante, licenciado en Enfermería y actual jefe del departamento de Organización del Comité Provincial de la UJC.
Con la alegría de quien disfruta el privilegio de representar a todos los jóvenes que crean y entregan, «cualquiera de los cuales pudo ser delegado», dice, asume su elección como el estímulo a su desempeño como militante de la UJC por más de 20 años y más recientemente a su trabajo como cuadro.
La asistencia a este evento, expresa, es la oportunidad de defender la supervivencia del movimiento juvenil mundial, y el espacio para denunciar el peligro que representa el imperialismo, con su política exterior guerrerista; para abogar por la paz, la solidaridad y unidad entre los pueblos.
«Vamos a acompañar a nuestro Comandante en Jefe en el empeño de alertar sobre los peligros que acechan hoy a la humanidad», enfatiza Julio César, y su seguridad es también la de Maite, Liana, Dariel, y Noelbelis.
Juntos ya amplifican los sueños y desvelos de este lado cubano ante la juventud del mundo.