El periodista Jesús Arencibia, con el trabajo Esteban, publicado en la revista Alma Máter, obtuvo el primer lauro en prensa escrita en el V Encuentro Nacional de la Crónica, celebrado en Cienfuegos.
Igual reconocimiento se llevó en televisión, la colega Ismary Barcia, con Grafittis a orillas del mar, mientras Lianet Santana, de Radio Ciudad del Mar, fue la premiada en radio con Sostenido por la fe. Reynaldo Cedeño alcanzó el primer lugar en periodismo digital con el trabajo Almeida es un canto, que fue publicado en el weblog La Isla y la Espina. De igual forma Carlos Manuel Álvarez, estudiante de tercer año de Periodismo de la Universidad de La Habana, estuvo entre los galardonados con Todos los caminos conducen al Vedado.
En el certamen Juan Villoro, escritor y periodista mexicano, reflexionó con suma agudeza sobre el texto del libro Safari accidental: «Si Alfonso Reyes juzgó que el ensayo era el centauro de los géneros, la crónica reclama un símbolo más complejo: el ornitorrinco de la prosa».
En el encuentro también la doctora Miriam Rodríguez Betancourt y el profesor Luis Sexto, ambos premios nacionales de periodismo José Martí, refrendaron que al género inexorablemente se le yuxtapone una mirada cuyo campo visual parte de la sensibilidad, el conocimiento y la cultura.
Las crónicas no pueden realizarse bajo urgencias editoriales a dedo alzado sobre el postor a mano, ni sin poseer su hacedor semejantes atributos, lección sabida, mas no por ello dejada de subrayar por los decanos del oficio en el evento anual convocado por la UPEC en Cienfuegos.
Sexto lo dijo diáfano: «Si rehuimos de un texto porque encierre términos que no comprendemos, en vez de agradecer la posibilidad de regalarnos nuevos significados yendo en cambio siempre hacia lo sencillo, llegaremos a un punto donde todo estará regido bajo el signo de las 30 palabras. No pasaremos de ahí, y entonces no habrá ni Literatura, ni Periodismo, ni crónica ni nada».
En el evento se remarcó la importancia que la delegación provincial de la UPEC concede a preservar la permanencia del género en los medios de prensa del país, y mantener viva la luz martiana, a quien los participantes rindieran homenaje en Caimito del Hanábana.
En este espacio se defendió que la crónica es un arte mayor nacido de la inteligencia y el corazón.