Fidel nos orientó que fuéramos para las Villas a organizar el movimiento, recuerda Rodríguez del Pozo. Autor: Yoelvis Lázaro Moreno Fernández Publicado: 21/09/2017 | 04:59 pm
SANTA CLARA, Villa Clara.— Para encauzar la lucha contra la tiranía batistiana fue definitoria la fundación del Movimiento 26 de Julio en Las Villas, el 15 de julio de 1955. Los pormenores, muchos inéditos hasta hoy, confirman cristalinamente cómo Fidel no dejaba nada al azar. Mientras se encaminaba a preparar la expedición desde México, organizaba internamente las fuerzas revolucionarias.
Eran días apremiantes en los que hubo reuniones con el propósito de determinar quiénes eran los compañeros más idóneos para asumir la jefatura, por su prestigio y probada trayectoria de lucha.
El general de división de la reserva Guillermo Rodríguez del Pozo, fundador junto a otros revolucionarios del movimiento en Las Villas, evoca aquel encuentro con Fidel y los acontecimientos posteriores que ocurrieron hace 55 años en Santa Clara.
Según narra, en mayo de 1955, poco después de la salida de los moncadistas de la prisión de Isla de Pinos, tuvo lugar en La Habana una reunión con el líder de la Revolución, en la que le propusieron unir al 26 de Julio el Movimiento Nacional Revolucionario (MNR).
«Realmente no teníamos una encomienda o mandato de esta organización, pero queríamos conocer su opinión al respecto y, en caso positivo, hacer las gestiones con la dirección del MNR, pues muchos compañeros apoyaban esta idea. Lo deseaban, entre otras cosas, por el prestigio de Fidel y sus compañeros, y porque la organización de nosotros estaba prácticamente inactiva después del fracaso de la toma del cuartel de Columbia.
—¿Cuál fue la reacción de Fidel?
—El líder de la Revolución nos hizo saber que era mejor esperar para analizar nuestra propuesta, y mantuvimos contactos con él y Raúl. En una ocasión me llamó el compañero Faustino Pérez para comunicarme que Fidel quería entrevistarse con Allán Rosell, quien era coordinador del MNR en la provincia y del que ya había recibido muy buenas recomendaciones.
—¿Qué pasó?
—Allí, en la casa de los padres de Melba Hernández, donde nos reunimos, Fidel explicó las razones por las que debía irse para México a preparar el reinicio de la lucha armada por medio de un desembarco en territorio cubano. Era su interés entonces dejar designados, antes de irse, a los coordinadores provinciales y conocer la disposición de estos para ocupar ese cargo.
«En ese encuentro también explicó que la dictadura planeaba llevar a cabo unas elecciones parciales a fines de ese año, y se decía que Prío estaba preparándose para regresar y participar en las mismas, lo que dejaba fallidas las esperanzas de la lucha contra la tiranía.
«Finalmente Fidel decidió que varias personas, entre las cuales me encontraba, fuéramos para Las Villas a organizar el movimiento, y que yo lo acompañara, por los conocimientos que tenía de los compañeros del MNR en el territorio».
—¿Y al llegar a Santa Clara?
—Enseguida entrevistamos a todos los que considerábamos poseían las condiciones necesarias para integrar la organización.
—¿Qué requisitos debían tener?
—En principio tenían que ser personas honestas, desvinculadas por completo de los regímenes corruptos y politiqueros que imperaban en el país. Solo se admitía a miembros del Partido Ortodoxo y del Partido Socialista Popular, así como a los que no pertenecían a ninguna organización política y poseían una trayectoria limpia.
—¿Por qué en la dirección no aparece Rosell, cuando inicialmente se pensó en él para encabezar el Movimiento?
—En la reunión de La Habana el Jefe de la Revolución pensaba que Rosell era la persona indicada para dirigir el 26 de Julio en Las Villas. Pero este no estaba de acuerdo con la salida de Fidel para México, a pesar de que él le explicó que su partida respondía a un plan bien meditado y no a una irreflexiva resolución. Rosell se mantuvo en la lucha y llegó posteriormente a ser el coordinador del Movimiento en la provincia.
—¿Después qué hicieron?
—Durante 15 días recorrimos todos los municipios de la antigua provincia de Las Villas para constituir las direcciones municipales. Los esfuerzos principales estuvieron encaminados hacia el fortalecimiento de la organización, a recaudar fondos y a la propaganda. También realizamos acciones de sabotaje, como quema de cañaverales, derribo de líneas eléctricas y colocación de bombas y petardos en lugares poco frecuentados, sin ocasionar daño a ninguna persona.