La escuela primaria Augusto César Sandino amanecerá cambiada este lunes. Y lo más hermoso es que los responsables de que así sea, solo piensan en las caras de los pequeños. El trabajo voluntario de este sábado, iniciativa de los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), se convirtió en una fiesta de la unidad y por la solidaridad con Cuba.
Desde temprano, los diplomáticos de las embajadas de Venezuela, Nicaragua, Ecuador y Bolivia, junto a estudiantes y miembros de sus respectivas comunidades, iniciaron una pequeña revolución en las áreas del centro educacional, cuya matrícula es de 486 estudiantes de preescolar a sexto grado.
Alrededor de 70 personas con latas de pintura, brochas, rodillos, cubos… terminaron en un instante con el habitual silencio del fin de semana en la escuela, ubicada en el reparto Fontanar.
«Cuba es muy solidaria con los países del mundo, así que este es un buen gesto por el que ha dado amor y solidaridad», expresó el embajador de Venezuela, Ronald Blanco La Cruz, quien también destacó el modo en que un trabajo que venía desarrollando su Embajada en instituciones educacionales se ha ampliado para convertirse en una iniciativa de los países del ALBA.
Mireya García, directora de la escuela, no paraba de moverse de un lado a otro, y tampoco los padres que se sumaron a este esfuerzo colectivo. La «dire», como le dicen los niños, contó cómo a los pioneros se les había adelantado algo de lo que ocurría, pero esperaba una gran sorpresa.