Sembrar ideas, educar en valores, armarse con argumentos, formar sentimientos, trabajar… He aquí la labor estratégica de nuestra escuela en la actualidad.
Así definió el papel de las instituciones educacionales en la continuación de la obra de la Revolución el vicepresidente del Consejo de Ministros José Ramón Fernández Álvarez en el acto, celebrado en Santiago de Cuba, por los 50 años de la entrega de la otrora fortaleza del Moncada al Ministerio de Educación, para ser convertida en la Ciudad Escolar 26 de Julio.
El también integrante del Comité Central del PCC recalcó el valor histórico de aquel acto «que representó no solo la eliminación simbólica de la opresión y el crimen, sino que al convertir los cuarteles en escuelas se convirtieron a la vez en monumentos eternos de homenaje a Martí y a los jóvenes de la Generación del Centenario que cayeron luchando o asesinados en la gesta del Moncada».
El conocimiento de la Historia de Cuba nos ofrece las razones de por qué defenderla, sentenció Fernández, y exhortó a la escuela, la sociedad y sobre todo a la familia, por su responsabilidad en la formación de los sentimientos de cubanía y patriotismo.
Asistieron al acto Olga Lidia Tapia, integrante del Secretariado del Comité Central del PCC, y Yamilé Ramos Cordero, presidenta de la OPJM.
Tributo al Apóstol
Con los primeros rayos del Sol, ofrendas florales a nombre de Fidel, Raúl, de los Consejos de Estado y de Ministros y del pueblo de Cuba, fueron depositadas ante el Mausoleo martiano, en la necrópolis de Santa Ifigenia, de manos de José Ramón Fernández, de Olga Lidia Tapia y de la máxima dirección del Partido y el Gobierno en la provincia.
Minutos después, camilitos de Guanabacoa y cadetes de la escuela Interarmas de las FAR General Antonio Maceo, Orden Antonio Maceo, realizaron una guardia de honor a José Martí. Como colofón de la jornada, 21 salvas de artillería fueron disparadas al filo del mediodía, desde el cementerio de Santa Ifigenia.
Escudo y espada de la nación
Como tributo al Maestro, este jueves dio inicio por vez primera la jornada Fiesta del Caballete, en el consejo popular Hermanos Cruz, de Pinar del Río, a la que asistieron artistas de la plástica como Alexis Leyva Machado (Kcho), Ernesto Rancaño, Agustín Bejarano, y Diana Balboa, así como la trovadora Sara González y la escritora Maité Vera.
Niños y adolescentes dibujaron, disfrutaron de grupos de teatro y participaron en la premiación de varios concursos, como el de Literatura infantil, convocado por el proyecto Monte soy, que promueve el pintor Daussel Valdés, quien recordó en la inauguración de la Fiesta que la cultura es escudo y espada de nuestra nación y del proceso revolucionario liderado por Fidel y Raúl.
«No hay felicidad más pura que la de crear. Sea este un canto a la vida con la savia de la cultura, que es también la savia de la Revolución», expresó Daussel ante cientos de vecinos del reparto Hermanos Cruz.
Pintar a Martí fue el nombre de la acción plástica en la que intervino un grupo de prestigiosos y noveles pintores, quienes plasmaron en una tela de tres metros de altura por 2,5 de ancho la silueta de José Martí para entregársela a Gladys Martínez Verdecia, primera secretaria del Partido en la provincia, como regalo a Fidel.
El proyecto Monte soy tiene previsto desarrollar varias actividades culturales en esa comunidad, de unos 30 000 habitantes.
Homenaje en el Turquino y Dos Ríos
Un grupo de 18 pioneros vanguardias de secundaria básica de Granma escaló el Pico Turquino, para rendir tributo en ese punto al Héroe Nacional.
Los adolescentes, guiados por varios profesores, recordaron en esa cumbre, en la que existe un busto del Maestro, aspectos de la vida de Martí.
Militantes de la UJC del municipio de Jiguaní realizaron también una caminata de varios kilómetros hasta Dos Ríos, donde el Apóstol cayera combatiendo el 19 de mayo de 1895.
En ese mismo municipio, historiadores, estudiosos de la vida y obra del héroe y periodistas realizaron un taller sobre el Martí reportero, en el aniversario 157 de su natalicio. También estudiantes de la Academia de Artes Plásticas Oswaldo Guayasamín, de Bayamo, abrieron una exposición alegórica al Maestro.
Martí recorrió las calles nuevamente
La calle fue tomada por Martí. Lo vi en los rostros infantiles, en el empeño de los maestros, en el esfuerzo de los padres porque sus hijos se pusieran la piel de sus personajes: Pilar, con aro, balde y paleta; Leonor con su muñeca negra, la bailarina española, Don Pomposo.
Cada cual hizo lo suyo. En Guanabacoa, la más joven generación lució durante el homenaje un pulóver con un diseño del artista José Fúster. Esta vez el más universal de esta tierra atrapado allí, en los pechos de quienes llevaban la pieza con tantos matices de azul… y en todos.
Por frente al parque municipal y la sede de la Asamblea Municipal del Poder Popular pasó el desfile. Primero fueron colocadas las flores en señal de respeto frente al busto, aunque el Apóstol andaba entre la gente. Tal vez acomodando las cintas y lazos, en los repiques de las castañuelas, dentro de la réplica de su casa que cargaba aquel pequeño mambí, en la voz enardecida de la joven que cantó para él, pero también para los Cinco cubanos presos en cárceles de EE.UU. También habitó en las palabras de Gabriel Navarrete, español de nacimiento, cubano y guanabacoense de corazón.
No estuvo en los lugares comunes. Palpitó atrapado en el blanco de las banderas de papel, en las sonrisas y el orgullo de quienes se detuvieron, porque también lo vieron por allí.
Honrar, honra
Pioneros, jóvenes y combatientes se dieron cita para develar el busto que emplaza por siempre la figura del Apóstol en la cumbre del complejo monumental Bosque de los Mártires, de los Órganos de la Seguridad del Estado del Ministerio del Interior y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, en las cercanías de El Cacahual.
A 157 años del natalicio del más universal de los cubanos, vuelve a nacer el espíritu martiano entre aquellos que han crecido con su obra.
«Este lugar recrea toda la historia de la Revolución y en el punto más elevado resalta ahora la figura del Maestro, réplica del Martí que se yergue en el Pico Turquino, como muestra del patriota que señala desafiante al monstruo revuelto y brutal, en la Tribuna Antiimperialista», recalcó Abel Rodríguez, autor de la obra.
El Bosque de los Mártires, inaugurado por el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Raúl Castro, acoge y rinde homenaje a todos los patriotas insignes que enarbolan la dignidad y el decoro cubanos.