El gesto de familias como esta de brindar su casa para instalar aulas impidió un retraso tal vez irrecuperable en el pasado curso escolar. Autor: Juventud Rebelde Publicado: 21/09/2017 | 04:52 pm
LAS TUNAS.— La Medalla José Tey, otorgada por el Consejo de Estado de la República de Cuba, fue entregada en esta provincia a 593 familias que brindaron sus casas para utilizarlas como aulas, luego del paso devastador de los huracanes Ike y Paloma a finales de 2008.
Casi 5 000 estudiantes tuneros, la mayoría procedentes de 155 centros de la enseñanza primaria dañados seriamente por los ciclones, resultaron beneficiados con esos gestos de altruismo que impidieron un retraso tal vez irrecuperable en el pasado curso escolar.
La escuela República Argentina, en el puertopadrense poblado de Vázquez, fue una de las que más sufrió la embestida de Ike. Tres días después, sus 76 alumnos reanudaron estudios en cinco viviendas particulares, dos de las cuales pertenecen a maestras del mismo plantel.
«Fue de gran satisfacción ofrecer nuestra vivienda para que los muchachos recibieran clases mientras se reparaba la escuela —admite Waldemar Ramírez, miembro de una de las familias distinguidas con la Medalla—. Lo hicimos desinteresadamente, solo por sentirnos útiles».
Los muchachos de la República Argentina recibieron clases durante tres meses bajo esos techos generosos. En el ínterin, la comunidad y los trabajadores de la escuela, con el apoyo de varios organismos, reconstruyeron el centro, que ahora tiene un aula más, una bonita plaza para actos y unas nuevas áreas verdes.
«El huracán nos arrancó el techo de la escuela, pero antes de su ataque logramos poner a salvo la base material de estudio, incluidos libros, televisores, computadoras y equipos de video —dice la directora, Mariela Labrada—. Aquí no hubo que lamentar pérdidas de ese tipo, porque los 21 trabajadores del centro lo impedimos».
Según las estadísticas, Las Tunas fue la provincia cubana que más estudiantes acogió en casas de familia para reanudar el curso escolar interrumpido por los huracanes. Se trata de una experiencia que pone de relieve el grado de humanismo que signa a nuestro pueblo.