SANTA CLARA, Villa Clara.— Una frase recurrente martilló una y otra vez desde el auditorio de la asamblea provincial de la FEEM en Villa Clara: los alumnos deben tener conciencia de porqué hay que estudiar. Y se referían, sorprendentemente, a quienes concluyeron la primaria, la secundaria y a los que ahora están cursando el preuniversitario.
Entonces, cabe la pregunta, ¿si no estudiaron cabalmente cómo llegaron hasta allí? La respuesta la dio un delegado al afirmar que el sistema evaluativo de antes, en comparación con el actual, era menos exigente y con más «chances» para que avanzaran aquellos con menos preparación.
La intervención de la estudiante Daimarelys Betancourt sobre que muchísimos educandos todavía no han descubierto que su primer deber es estudiar, desencadenó el análisis en las voces múltiples de quienes conocen bien el porqué de esa realidad, pues son el corazón de las aulas.
De ahí vino la alarma para revertir la situación, conscientes de que puede sobrevenir un fiasco para el sistema de educación, si una mayoría desaprueba los exámenes de Matemáticas, Español e Historia para ingresar en la universidad.
Hay genuinas razones para la preocupación. Vale recordar que en las pruebas del pasado año una mayoría desaprobó, después de doce años consecutivos estudiando, equivalentes a seis cursos en la primaria, tres en la secundaria e igual cantidad en el preuniversitario.
Es obvio que despertar el interés por el aprendizaje debe comenzar desde la primaria para que se afiance en los cursos posteriores. Siempre será más difícil, reconocieron, lograr tardíamente una buena costumbre de cualquier índole.
De la manera en que debe influir en las aulas el grupo para inculcar el estudio, enumeraron la necesidad del señalamiento individual al indisciplinado, al que no estudia, ni aprovecha bien el tiempo y tampoco asiste a los repasos o a las prácticas profesionales.
Para ello resulta medular la exigencia de los dirigentes estudiantiles y los docentes, también para que se cumpla la autopreparación y utilicen los programas audiovisuales e informáticos que están subutilizados en numerosos centros. A la FEEM corresponde velar por que las diferentes asignaturas cuenten con profesores idóneos.
Tampoco faltó el sabio llamado de alertar a la familia, ahora que hay menos alumnos becados, para que asuman mayor responsabilidad en la exigencia a sus hijos por el estudio.
El buen análisis hecho en la asamblea sobre las deficiencias y cómo erradicarlas hay que hacerlo tangible ahora en el aula, razonó Julio Lima Corzo, primer secretario del Partido en Villa Clara.
Y de ese modo evitar que el trabajo a realizar se convierta en una consigna vacía o un compromiso banal, como afirmó Yaramy Suárez Gavilla, presidente de la FEEM en la provincia.