La FEU ondea su bandera de compromiso en el campamento. Autor: Julio Martínez Molina Publicado: 21/09/2017 | 04:52 pm
HORQUITA, Abreus, Cienfuegos.— Como dijo Raúl en un histórico discurso, hay que virarse para la tierra, y en ese «viraje» la juventud de Cienfuegos está a la avanzada.
En el reciente Pleno del Comité Nacional de la UJC y en la voz de dirigentes de primer nivel durante diversas visitas al territorio se ha remarcado la necesidad de realizar el aporte voluntario con el mayor grado de efectividad.
La certeza de que en verdad esa labor altruista aporta al desarrollo y no se reduce a un mero afán consignista o vanos sacrificios se halla aquí, entre otros sitios, en el Campamento Juvenil de la Agricultura 26 de Julio. Enclavada en la Empresa de Cultivos Varios Horquita, del municipio de Abreus, la instalación cumplió su primer aniversario de funcionamiento.
Desde octubre de 2008 a la actualidad los muchachos que han pasado por este emplazamiento de los jóvenes cienfuegueros, indica Virgilio Denis, director de Recursos Humanos de la citada empresa, han realizado múltiples acciones de trabajo voluntario.
Pero más importante es que ellos, prendidos al surco, entregando de forma desinteresada horas que podrían dedicar a múltiples ocupaciones, cosecharon alrededor de 16 000 quintales de viandas y vegetales.
Por si esto pareciera poco, limpiaron 2 236 hectáreas y reforestaron otras 10,8. Lo anterior, sin contar lo hecho por la nueva hornada de cerca de un centenar de estudiantes que recién entró al Campamento, aún no computado.
A juicio de William Lozada, director en funciones del enclave agrícola, la labor de los abanderados debe definirse como sobresaliente por su sentido de la responsabilidad, calidad y eficiencia.
Ellos permitieron ingresar por concepto de su labor unos 72 500 pesos, con un elevado rango de utilidad colectiva y promedio, subraya Virgilio.
Estudiantes, cuadros de la UJC, la FEU, la FEEM, los trabajadores sociales y otros jóvenes sureños participaron aquí en labores de siembra, limpia y recolección de tomate, malanga, papa, boniato, pepino, calabaza y otras variedades.
Universidad de acción
En nuestra visita al 26 de Julio nos encontramos con un grupo de aproximadamente cien alumnos de primero a tercer año de la Licenciatura en Estudios Socioculturales, pertenecientes a la Universidad Carlos Rafael Rodríguez, de Cienfuegos, quienes permanecerán aquí por espacio de un mes.
Relevaron a los estudiantes de la Universidad de las Ciencias Médicas Raúl Dorticós. De igual modo se sumarán a la tarea los de los restantes planteles de educación superior del territorio.
Odalys Medina es la jefa de carrera de Socioculturales. No mucho mayor que los alumnos que comanda, refrenda el entusiasmo de todos por impulsar las faenas agrícolas, cosa que no precisa acentuar, pues se comprueba en el surco.
Alumna de primer año de la especialidad, Arazay López dio el paso al frente a sus 18 años, porque «siento que es una respuesta a la demanda del momento actual. No podemos olvidar que tenemos sobre nosotros el peso demoledor de tres huracanes de gran fuerza, cuyas pérdidas fueron estimadas en cerca de 10 000 millones de dólares».
Igual piensan José Ignacio Flores y Jorge Enrique Pérez, de segundo año, para quienes venir al campo «supone demostración de compromiso y amor hacia la Revolución».
Zoyla Yaditzy, también del curso inicial, opina que este esfuerzo resulta indispensable. No importa que existan jóvenes descarriados, uno tiene que emplearse a fondo y dar lo mejor para echar adelante, dice.
En el Campamento 26 de Julio los protagonistas de esta nueva gesta de la juventud cubana no solo trabajan, sino también se divierten con música grabada, juegos de participación, pasatiempos y exhibición de filmes. Los días discurren entre el fragor de la faena y el sudor; las noches, al calor de la conversación y el solaz.
Hablan entonces, entre algún mosquito zumbón o el jején de plantilla, de mil y un temas. Aunque quizá no lo refieran en el diálogo, porque sería redundar en lo de la jornada, cada fecha que pasan aquí significa un peldaño más en su formación humana.
También un paso adelante a favor de la agricultura nacional, a fin de poner más alimentos sobre la mesa del cubano sin necesidad de importarlos. Se dice en dos palabras, pero nadie dudará que representa una tarea más que útil, vital.