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Dos argentinas reciben en Cuba los beneficios de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América

María Elena Kozar y su hija Sonia Ramírez dicen que llevarán a Cuba por siempre en el corazón, con una profunda gratitud

Autor:

Zenia Regalado

PINAR DEL RÍO.— Vienen del Chaco, que se ubica casi en la frontera de Argentina con Paraguay. Traen con ellas el mate y esa musicalidad porteña que los identifica, con los verbos acentuados al final. Madre e hija viajaron con música, la que hace esta familia de artistas, que tiene también una médica en camino.

María Elena Kozar y su hija Sonia Ramírez dicen que llevarán a Cuba por siempre en el corazón, con una profunda gratitud. La primera lleva dos meses en la Isla, en el hospital Abel Santamaría, en Vueltabajo, rehabilitándose de una polineuropatía.

Sonia estudia el tercer año de Medicina en la ELAM número 15, en Sandino, Pinar del Río, donde se asombra de cómo uno de sus profesores, Mijaíl, recorrió a pie cuatro kilómetros para atender a un anciano enfermo: «Lo llevó a cuestas y sin importarle el proceso infeccioso que tenía el enfermo».

Los padres de esta muchacha son músicos en la Sinfónica del Chaco. El papá es solista de flauta, la madre de flautín, y su hermano estudia composición.

—¿Qué te llevó a romper la tradición familiar?

—En Argentina la medicina cubana tiene gran prestigio; creemos que sus médicos son muy dedicados, algo que he podido comprobar en el tiempo que llevo aquí como estudiante.

Cuando en primer año llegamos a la comunidad de Sandino, con mucho temor por nuestra poca experiencia, los vecinos nos trataban como si ya fuéramos médicos; los cubanos son muy abiertos; te abren las puertas de sus casas y te brindan lo que tienen.

«Cuando los huracanes azotaron a Pinar del Río yo estaba de vacaciones en Argentina y en casa nos preocupamos muchísimo por las imágenes que veíamos; yo pensaba en mis amigos que quedaron aquí, pero a ninguno les ocurrió nada.

«Mi papá llamó para acá a una amiga nuestra, Lourdes M. Serra, para saber cómo estaban las cosas.

«De nuestros profesores, qué decir; siempre están en vínculo con nosotros, les puedes preguntar cualquier duda en cualquier momento».

Junto a la cama de su mamá ha dejado a un lado el mate que tomaba, para conversar con nosotros.

Además de su hija y de Yaquelín Moreno, jefa de la sala S, María Elena ha tenido la compañía de varios libros, que se acumulan junto a una mesita cercana.

En estos dos meses de convalecencia la poesía también la ha acompañado. Tiene varios poemas que han ganado concursos en Argentina y han sido publicados. Durante su recuperación ya ha escrito diez.

Llegada con muletas y yeso

Yuslenis Sánchez Horta, vicerrectora clínica del hospital Abel Santamaría, explica la evolución de María Elena, una de los dos primeros familiares de alumnos de las facultades de la ELAM en Sandino que se atienden en el hospital pinareño, como parte de los convenios de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA); la otra fue una peruana.

La doctora precisó que la paciente llegó de Argentina con un cuadro clínico de una polineuropatía sensitivo-motora de naturaleza basculítica secundaria, debido al uso único de ergotamina durante todo un año, para dolores de cabeza.

Ese tratamiento le afectó la locomoción y llegó con muletas, un yeso puesto durante mucho tiempo y una úlcera en un dedo debido a ello.

La reconocieron varios especialistas y se determinó que lo que necesitaba era rehabilitarse con masajes y ejercicios como parte del tratamiento.

También la atendieron el angiólogo y el ortopédico, quienes decidieron retirarle el yeso con el que venía, pues el pie ya estaba algo deformado. Para corregir ese problema fue intervenida quirúrgicamente por el ortopédico Guillermo Reyes Chirino.

«Hace una semana que me operaron —comenta ella— y no he sentido ningún dolor ni molestia. El ortopédico y todo el equipo que me ha visto en este hospital me han tratado muy bien.

«Antes de venir a Cuba yo escuchaba por allá cierta desconfianza en algunas gentes. Mi familia nunca se dejó llevar por esos comentarios y ahora yo misma he podido comprobar cómo es la medicina en esta nación tan solidaria; por ello también agradezco a las personas de mi país que hicieron posible que viniera.

«Desde hace un año estoy con esta enfermedad. El tratamiento en Argentina es muy caro y ellos me daban esperanzas, pero a largo plazo. Por eso vine a Cuba y ahora estoy muy esperanzada.

«En dos meses que llevo en el hospital he hecho amistades con las cuales me he relacionado más que con todas las que he tenido en Argentina. He conocido aquí a muchos cubanos y también a personas de Nicaragua, Honduras, Perú, Ecuador».

¿Qué es el chaco?

El Chaco es una de las 23 provincias de Argentina, que se apoya en el desarrollo del sector agrícola. Los palmares son uno de los paisajes más típicos en su sector oriental.

Su avance primigenio está vinculado con la explotación de los bosques de quebracho y la producción de algodón, uno de los principales cultivos de la provincia que garantiza el 60 por ciento de la demanda nacional.

La soya, el sorgo y el maíz se cultivan en la región, y también la caña, el arroz y el tabaco en el sur, aunque en menor medida.

Hasta ciertos parecidos relacionados con los ambientes naturales existen entre El Chaco —allí está el segundo meteorito más grande del planeta— y Pinar del Río, con sus fósiles antiquísimos y sus huellas del período jurásico, sobre todo en Viñales.

Los convenios del ALBA también contribuyen a conocer más sobre la tierra en la que nació el Che y a que se cumpla aquel apotegma de Martí: «Patria es humanidad».

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