MAJIBACOA, Las Tunas.— Varias obras sociales fueron abiertas en esta provincia, poniendo de manifiesto no solo el altruismo de la Revolución, sino también su capacidad para avanzar cuando todavía laten en el recuerdo las ráfagas de los ciclones.
En el poblado rural de Calixto se inauguró el policlínico 7 de Noviembre, una auténtica joya asistencial que consolidará los niveles de salud de los más de 22 000 habitantes del municipio.
Se trata de un complejo polifuncional integrado por varios edificios, en cuyos locales los médicos y paramédicos disponen de excelentes condiciones de trabajo. Cuenta con 30 servicios especializados, 15 más de los que acogía la antigua dependencia, atendidos por personal de alta calificación residente en la comarca.
La obra permite que los majibacoenses no tengan que desplazarse casi 20 kilómetros hasta la ciudad de Las Tunas para recibir servicios de endoscopia, optometría y óptica y rehabilitación integral. También dispone de un área para salud mental, laboratorio químico y de microbiología, sala de terapia intensiva y servicios de urgencia.
Un sueño consumado fue el acueducto del poblado de Omaja. Desde hacía más de un siglo existía allí la demanda para que el agua llegara a las casas mediante tuberías. Alrededor de 1 300 viviendas y 4 424 personas resultaron favorecidas con esta inversión, cuya ejecución costó alrededor de medio millón de dólares y una fuerte suma en moneda nacional.
En la jornada abrió nuevamente sus puertas, luego de un proceso de restauración, el hogar materno de la comunidad de La Posta. Con la entrada en funcionamiento de esta institución las embarazadas de los consejos populares de la zona vuelven a contar con garantías para enfrentar variadas contingencias.