Investigadores cubanos defienden un método más efectivo para tratar la bacteria Helicobacter pylori (H. pylori), causante de la gastritis, relacionada con úlceras y cáncer estomacales, y que portan el 90 por ciento de los habitantes del archipiélago y más de la mitad de la población mundial.
El doctor en Ciencias Médicas Miguel González Carbajal, del Instituto de Gastroenterología de la capital, explicó a JR que pese a la alta presencia de este microorganismo, la mayoría de las personas portadoras solo presentan una gastritis crónica que en el 90 por ciento de los casos es asintomática.
Hay quienes desarrollan úlceras duodenales o gástricas y otro grupo más pequeño cáncer estomacal, aunque en esto influyen otros factores como el área geográfica, hábitos alimentarios y las características genéticas de cada individuo, comentó.
Existen varios criterios entre especialistas de diversas regiones del mundo en cuanto a la forma de enfrentar la bacteria. Hay quienes promueven el tratamiento a todos los pacientes infectados con el uso simultáneo de varios antibióticos y bloqueadores de la acidez estomacal.
«Hemos comprobado lo insensato que resulta una política de erradicación total con antibióticos. En Cuba seguimos un proceder diferente y más razonado», explicó el doctor González Carbajal.
«Primero se realiza una endoscopía al paciente para un diagnóstico certero. Solo si tiene antecedentes documentados de úlcera duodenal o presenta alguna infección con H. pylori que pueda provocar complicaciones, se elimina la bacteria usando antibióticos».
El especialista afirma que con esta alternativa se evitan el tratamiento a millones de personas y la compra de costosos medicamentos que, lejos de resolver el problema, pudieran ocasionar daños irreversibles a quienes nunca presentarán síntomas adversos a pesar de estar infectados.
Explicó que el uso en forma sistemática de los antibióticos puede ocasionar que el H. pylori y otras bacterias se hagan resistentes, muten y originen enfermedades más fuertes. Además el método afecta otros microorganismos no patógenos necesarios en los mecanismos digestivos.
No todas las cepas bacterianas son iguales; las que están asociadas al cáncer gástrico en una región del planeta no tienen por qué estarlo en otra, agregó.
«Sería bueno para el país realizar un estudio en la población con el objetivo de determinar la cepa bacteriana asociada al cáncer gástrico, pero una investigación de tal magnitud es complicada y costosa, pues no pueden realizarse biopsias a miles de personas que en muchos casos no presentan síntomas, y en otros métodos utilizados para la detección se utilizan reactivos importados», sentenció.
Estudios realizados muestran que la mayor parte de los afectados adquieren la bacteria antes de los diez años, por lo que se piensa que la vía de propagación sea la oral, aunque aún no se tiene la certeza.
Mantener una higiene adecuada es la mejor manera hasta el momento de prevenir la infección por H. pylori, especialmente en niños y recién nacidos: la correcta manipulación de los alimentos y hervir el agua son medidas fundamentales.
La investigación y producción de vacunas constituye una esperanzadora alternativa para la erradicación del microorganismo, aunque existen otras vías para tratarlo, como las terapias florales y la medicina verde.
La infección con la bacteria que causa la gastritis es la segunda más común a nivel mundial, solo superada por el Streptococcus mutans, causante de las caries.
Restos de H. pylori fueron hallados en momias mexicanas con más de siete siglos de antigüedad, y la presencia del ADN de esa bacteria en momias egipcias y peruanas permite presumir su vinculación con el hombre en el comienzo de su migración desde África, hace al menos unos 60 000 años.