El tabaco es una planta exótica, conocida y utilizada desde las civilizaciones precolombinas mayas y aztecas en eventos sociales o rituales. Su historia en Europa empieza, con cierta seguridad, en el año 1492, tras el descubrimiento de América. La procedencia se pierde entre otras muchas maravillas encontradas por los descubridores y llevadas a ese continente, como el maíz, la patata, el pimiento, el y algodón y la llevada. Por la belleza de sus flores, fue sembrada en un principio en los jardines reales. El cultivo comenzó a extenderse tímidamente medio siglo después, a mitad del siglo XVI, según algunos historiadores. A las hojas se le atribuían propiedades curativas y hasta demoníacas, por lo cual a lo largo de los siglos fueron protegidas o prohibidas. La planta procede de zonas cálidas y puede cultivarse en una zona que se extiende por una amplia franja del globo terráqueo entre los 60° de latitud Norte y 40° latitud Sur. Actualmente está extendida por todo el mundo, expansión que se atribuye a las grandes migraciones humanas que transportaron las semillas en sus desplazamientos. Unos 120 países, localizados en América del Norte, Latinoamérica y el Caribe, África, Asia y Oceanía, la cultivan y la producción mundial supera los seis millones de toneladas. De acuerdo con reportes internacionales, hasta finales del pasado año, los mayores productores eran China (40 %); Brasil (11 %); India (10,5 %); Estados Unidos (6 %); y Zimbabwe (2,8 %). EN CUBA Historiadores afirman que el tabaco fue traído a Cuba por los arahuacos, desde la zona andina, donde lo utilizaban para curaciones. En la Isla se usaba como antitetánico, narcótico, sanar heridas, mejorar el funcionamiento de la vejiga. También se empleaba con fines religioso y hasta para proteger a las personas mientras dormían en lugares desolados. Como los aborígenes lo preparaban en zumo, polvo, pasta, humo, y tisana, llamó la atención de Fray Bartolomé de Las Casas, quien llevó algunas hojas a España. En el siglo XVI, los españoles prohibieron su cultivo y la venta, acciones que solo ellos podían realizar. Con el tiempo, perdió su uso ceremonial y medicinal, y quedó solamente para fumar, placer que disfrutaban obreros, intelectuales, marinos, y soldados. En los siglos XIX y XX en el país florecieron las industrias dedicadas a la producción de puros. Actualmente, los tabacos cubanos son conocidos como los mejores del mundo. La fabricación de un habano empieza con la plantación, y el suelo en que se realiza esta determina la cantidad y tamaño de las hojas. Los vegueros vigilan las plantas diariamente durante su vida de 90 días, con el propósito de lograr la mejor calidad. Hay cinco distritos dedicados a esa actividad en Cuba. El tabaco que se conoce como el mejor del mundo se cultiva en la zona de Vuelta Abajo, donde el clima y subsuelo son ideales y las hojas tienen una alta concentración de nitratos, que permiten al puro ser poderoso, gustoso y fuerte. Ninguna otra región de Cuba y del mundo cuentan con esas características.Las hojas de la zona de Semivuelta son más gruesas y tienen aroma más fuerte que las de Vuelta Abajo. Antiguamente estas se enviaban a los mercados de Norteamérica y se usaban en la industria cigarrera nacional. En la zona de Partido se cultiva el tabaco tapado con tela para obtener hojas más claras y con textura más fina, con las que se fabrican los habanos de lujo para la exportación. Por su parte, Remedios, con su hoja gruesa y aromática, es una de las regiones más ricas, mientras la de Oriente es de gama baja y se destina al mercado local.
Tomado de Opciones