La energía fotovoltaica se convierte en una importante opción en las zonas aisladas del país. SANTIAGO DE CUBA.— La finca de los Varela, en el municipio de Mella, es el mejor remedo de uno de esos laboratorios donde la constancia ha dado a luz sus mejores inventos. Entre libros, cacharros, proyectos empíricos, tornillos y cálculos, son un ejemplo de fe en la energía renovable.
Los hijos, formados como técnicos en Mecánica y Electricidad, y la voluntad de los mayores, que ha sabido sacudirse el polvo del atraso ligado a los años, satisfacen las necesidades cotidianas de cinco viviendas con una hidroeléctrica, un digestor de biogás y hasta un ariete hidráulico para el bombeo del agua.
Su historia no es tan común, pero tampoco asombra a muchos en esta oriental provincia, donde con absoluta tozudez, y desde hace años, se desbrozan obstáculos mentales y materiales para hacer realidad el incremento del nivel de vida en las serranías, la reducción del empleo de los combustibles fósiles y el aumento del porcentaje de energía producida a partir de fuentes limpias no convencionales.
Entre el gesto escéptico de algunos, la convicción argumentada de la ciencia, y de la mano enamorada de aquellos que han sabido de sus ventajas entre montañas, la instalación de paneles fotovoltaicos, calentadores solares, minihidroeléctricas, biodigestores, aerogeneradores o el aprovechamiento del bagazo de caña para la generación eléctrica, entre otras formas, pugnan por extenderse en este territorio.
La vida viene del Sol. La fotosíntesis de las plantas, la transformación de la materia, el viento, el agua... y absolutamente todos los procesos transformadores de energía, según los estudiosos del tema, pueden ser usados para el provecho del hombre en armonía con su medio.
Desde esa certeza, autoridades, investigadores, innovadores, especialistas y técnicos, intensifican esfuerzos en los últimos tiempos, compulsados por la estrategia que desarrolla la Isla encaminada a extender el uso de las fuentes renovables que, según datos oficiales, cubren hoy más del cinco por ciento del gasto energético nacional.
El camino del solLenta como el andar de la carreta o la colada del café transcurre la vida en la comunidad songomayense de El Triunfo, o la altiva meseta de Santa María del Loreto, en el mismo municipio.
Aprovechar las abundantes y exquisitas frutas de la zona para ofrecer un refresco frío al visitante, o seguir los entuertos de las telenovelas de turno, son facilidades que tienen ya a su alcance gracias al montaje en esos parajes de sendos sistemas fotovoltaicos centralizados.
Por intermedio de un emplazamiento de celdas, un banco de baterías y líneas similares a las de la red eléctrica, son beneficiadas unas 60 viviendas en los dos asentamientos y objetivos económicos y sociales aledaños.
La experiencia de estos pobladores se une a las de unas 300 comunidades santiagueras que son igualmente favorecidas por más de 1 300 sistemas fotovoltaicos individuales. Escuelas, médicos de la familia, círculos sociales y muchos otros objetivos de intrincados rincones de toda la provincia atenúan la dureza de la vida en el lomerío al amparo del Sol.
Decisivo en lo transitado por este camino, es el quehacer y experiencia del Centro de Investigaciones de la Energía Solar (CIES), institución que garantiza el desarrollo de investigaciones, la creación de prototipos y el mantenimiento de estas instalaciones en la oriental provincia.
Fruto del desempeño del CIES, en Santiago de Cuba se han construido también secadores y calentadores solares, estos últimos con buenos resultados en instalaciones hoteleras —cuyas ventajas probadas debieran extenderse más en todo el territorio— como complemento a los nuevos calentadores solares, de tecnología china, que se instalan también en varios centros santiagueros.
Torrentes de dicha nuevaMar Verde del Turquino, comunidad del costero municipio de Guamá, se ilumina usando el torrente de su principal fuente hídrica: el río Turquino.
Lo mismo sucede en La Plata, Palma Mocha, Peladero, asentamientos de Guamá; en localidades santiagueras como San Antonio, La Victoria, o en aisladas zonas de San Luis, Mella, Contramaestre, Tercer Frente y Palma Soriano.
Son 25 las comunidades que, aprovechando las condiciones topográficas de este montañoso territorio y el régimen de precipitaciones, que aquí supera los 2 000 milímetros anuales, utilizan sus recursos hídricos para la generación eléctrica.
Se trata, en su mayoría, de sitios intrincados, que de otra manera no conocerían hoy de las comodidades de la electricidad, en una provincia que, según registros oficiales, tiene el menor índice de electrificación del país.
De la mano del provecho concreto y palpable, la hidroenergía a pequeña escala se impuso en esta oriental provincia como una solución atractiva, viable y efectiva.
De una manera económica, empleando las redes eléctricas convencionales y sin grandes requerimientos tecnológicos, durante las 24 horas del día, más de 8 000 santiagueros se benefician hoy con el uso de esta fuente de energía en todo el territorio.
Impulsadas por los torrentes de la hidroenergía las bondades de la vida del llano llegan hasta casi 3 000 viviendas y más de 140 objetivos económicos y sociales de la montaña, entre ellos escuelas y consultorios médicos.
Con 2 923 kilowatts de potencia instalada y 27 hidroeléctricas en funcionamiento, Santiago de Cuba puede generar anualmente 12 MWh de electricidad por intermedio de la hidroenergía, el 30 por ciento de los planes comprometidos por la empresa nacional del ramo.
Según explicó a este diario el ingeniero Ángel Luis Ricardo, asesor técnico del Grupo Nacional de Hidroenergía, ello le ahorra al país cada año la erogación de 1,8 millones de dólares que debería invertir para la compra del combustible necesario, si fuera a producir esa cantidad de electricidad por las maneras convencionales.
Además del saldo económico, precisó el experto, el logro lleva también implícito el beneficio ecológico, pues la generación de esa cantidad de electricidad con el empleo de fuentes renovables, limpias, evita la emisión a la atmósfera de más de 7 000 toneladas de CO2, gas altamente tóxico, de gran incidencia en el deterioro de la capa de ozono.
Los esfuerzos santiagueros para el desarrollo de la hidroenergía tienen su mayor exponente en el propósito de convertir al costero municipio de Guamá en el primero del país completamente electrificado con este tipo de energía.
Para ello, ya está en marcha un abarcador programa que durará varios años. El aprovechamiento de las excelentes condiciones pluviométricas y topográficas de la zona, según los expertos, da todas las posibilidades al montañoso paraje para, en etapas sucesivas, cubrir la demanda de electricidad local y tributar al Sistema Electroenergético Nacional (SEN).
La recuperación de los 23 arietes hidráulicos con que cuenta la provincia, 11 de los cuales ya dan vida nueva al uso del agua en centros productivos y de servicios de la montaña, sobre todo de Tercer Frente, San Luis y Songo-La Maya, dan cuenta de que en este campo los santiagueros apuestan por aprovecharlo todo.
También el viento, la biomasa...A pesar de no contar con un elevado potencial eólico, especialistas santiagueros realizan asimismo estudios en zonas como las mesetas de la Gran Piedra y Santa María del Loreto, para la posible generación de electricidad mediante la energía del viento, y se enfrascan en la recuperación de más de un centenar de molinos instalados.
De hecho, más de 60 de estos equipos abastecen de agua a la masa ganadera, en franca armonía con nuevas aerobombas con tecnología de punta canadiense, que igualmente han empezado a montarse en tierra santiaguera.
La estrategia provincial en materia eólica, con el concurso de los expertos del Centro de Investigaciones de la Energía Solar (CIES) comprende igualmente la instalación de un aerogenerador de un kilowatt de potencia en la zona de playa Borracho, que beneficiará a una treintena de viviendas aisladas.
Usando la experiencia de años atrás, que le llevó a ocupar un lugar preponderante a nivel nacional en el uso de la tecnología del biogás, el talento creador santiaguero se empeña además en la recuperación del medio centenar de digestores de que dispone el territorio, de los cuales solo 13 trabajan, la mayoría de ellos en fincas de campesinos.
Las estructuras del Fórum de Ciencia y Técnica impulsaron la recuperación y puesta en marcha, en su primera fase, del biodigestor de la escuela Vladimir Ilich Lenin, parado durante un lustro por falta de materia prima.
El empleo de este tipo de energía, tan controvertido para muchos, tiene otro buen ejemplo en la zona de Magueyal, en el municipio de San Luis. Mezclando una pequeña porción de diésel con la materia orgánica, la instalación ya obtiene un importante ahorro de combustibles.
El incremento del empleo de la tracción animal en las labores de la agricultura, la ampliación del uso del bagazo de caña y otros desechos para la generación eléctrica, entre otras formas, son también retos que asumen los santiagueros, como parte del esfuerzo nacional para contrarrestar la actual crisis energética mundial.
Les anima, además de la contribución económica y ecológica, la defensa de su futuro.