La industria sideromecánica cubana ha dado un salto en la ventas de producciones y servicios desde unos 261 millones de pesos en 1992-1993, su momento más bajo, a unos 1 091 millones al cierre del 2007, lo que evidencia una recuperación paulatina de este importante sector económico.
A su vez, también las exportaciones se han incrementado poco a poco y alcanzaron una cifra récord el año pasado de 139,5 millones de CUC, especialmente en sectores como acero y sus derivados, productos reciclables no ferrosos, mobiliario y equipos médicos, servicios, productos de aluminio y otros.
El destino de estas exportaciones ha sido en un 52 por ciento América Latina y el Caribe, aunque otro 42 por ciento se concentra en Europa y un seis por ciento en Canadá. Aún así, Fernando Acosta Santana, titular del ministerio de la Industria Sideromecánica (SIME), al exponer la labor de este ante los diputados al Parlamento nacional, reconoció que todavía son muchas las reservas para aumentar la eficiencia y los recursos que emanan del sector, así como en la sustitución de importaciones y el ahorro energético.
Acosta Santana explicó que gran parte de las dificultades pueden resolverse con un trabajo más organizado, exigencia y estilos de dirección colectivos, que garantizarán seguir incrementando la eficiencia, y especialmente hacer más rentable las cuantiosas inversiones realizadas, que en el período 2002-2007 suman más de 87,5 millones de pesos, dirigidas fundamentalmente al incremento de renglones y capacidades productivas y al perfeccionamiento de su calidad.
El ministro aseguró que también los índices de eficiencia energética muestran una evolución positiva, así como la gestión de la calidad, que hoy cuenta con 46 empresas certificadas y se aspira a llegar al ciento por ciento.
Sin embargo, en intercambio con los diputados, varios de ellos integrados a la comisión de trabajo de la Asamblea Nacional que evaluó la gestión del SIME, se conoció que todavía subsisten dificultades en el aprovechamiento de las capacidades instaladas, el control económico, las indisciplinas o la formación del personal.
Especial atención mereció el tema del cuidado ambiental, donde se reconoció que a pesar de discretos avances es mucho todavía lo que queda por hacer, especialmente en lugares como Antillana de Acero, que precisa una inversión de siete millones de dólares, ya estudiada pero pendiente de ejecución.
Otro tema muy discutido, junto al de la sustitución de importaciones, fue el de la recuperación de materias primas, donde es inconcebible todavía, expresaron varios diputados, que haya industrias que paren por falta de estas, cuando existen en el país empresas con chatarra y materiales recicables que no se aprovechan fundamentalmente por mala organización. Sobre este aspecto el ministro del SIME explicó que en el tema de la recuperación de materias primas los procesos inversionistas en los cinco años anteriores estuvieron muy deprimidos, y actualmente se han aprobado once millones de dólares en función de esta.
A su vez aseguró que no se trata solo de recuperar lo que está en manos de empresas u otras industrias, sino también procesar aquello que recogen organizaciones sociales como los Comité de Defensa de la Revolución o la Organización de Pioneros José Martí. También expresó que se han tomado medidas organizativas en aras de reestructurar el trabajo de las casas de compra de materias primas, que ya no intercambiarán más productos, sino que lo comprarán con dinero a la población, proceso que ya comenzó a experimentarse en Camagüey y Sancti Spíritus con resultados positivos, y el próximo año se extenderá a todo el país.
Al hablar sobre la formación vocacional y el trabajo con los politécnicos el titular del SIME reconoció que queda mucho camino por andar, y que se van dando pasos en este sentido, como la apertura desde el próximo curso escolar de la especialidad universitaria de ingeniería metalmecánica. Al ser interrogado por los diputados, el funcionario explicó que el país acaba de aprobar un plan anual de producción de sillas de ruedas con destino a los limitados físico-motores y hospitales, que permitirá incrementar la cifra de estas a 28 000 anuales, lo que cubriría la demanda existente.
En este sentido, Carlos Lage, secretario del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, intervino para aclarar que si bien no será posible eliminar todas las barreras arquitectónicas existentes, hay que velar porque las nuevas construcciones o las remodelaciones que se ejecuten las tengan quitadas. Igualmente, en coordinación con las diferentes organizaciones de limitados físicos y motores, nivel municipal se trabaja por identificar aquellas barreras arquitectónicas situadas en lugares muy sensibles, “muchas de las cuales se resuelven con muy pocos recursos y solo es cuestión de voluntad”, expresó Lage.