«Hay que lograr que los jóvenes cubanos dirijan la mirada hacia la tierra, hacia el lugar donde se producen los alimentos», expresó en la tarde de este lunes el primer secretario de la Unión de Jóvenes Comunistas, Julio Martínez Ramírez, durante la primera jornada de reflexiones del VII Pleno de la Juventud, que tuvo como escenario la capitalina Escuela Nacional de Cuadros de la UJC, Julio Antonio Mella.
De estratégicos calificó el dirigente el compromiso y la responsabilidad de las nuevas generaciones ante la prioridad dada por la dirección del Partido a la producción de alimentos para el pueblo. «Se trata —dijo— de una tarea de máxima prioridad para la Juventud y las organizaciones estudiantiles, para movimientos juveniles, programas y proyectos actuales».
Al hablar de otros objetivos esenciales, Julio Martínez comentó la necesidad de fortalecer la vida interna de las organizaciones de base pertenecientes al sector productivo, al tiempo de preparar a quienes deben actuar en ese ámbito.
Destacó que, allí donde se produce, es crucial atender al universo juvenil y, sobre todo, la calidad de la militancia. «Estamos obligados a tener mayor vinculación con las organizaciones de base; hay que lograr que los análisis que se hagan en esos espacios se traduzcan en mayor acción», resaltó.
Igualmente Julio Martínez llamó a trabajar por una mayor eficiencia en los procesos productivos, y a consolidar en la juventud cubana la conciencia de productores y ahorradores.
El dirigente abogó por preponderar la importancia que tienen los politécnicos agropecuarios; e hizo alusión al necesario vínculo de la Universidad con las entidades productivas, y a la trascendencia de incentivar una vocación temprana por las carreras afines al universo de crear los bienes que necesitamos.
Sobre este último aspecto reparó en que representan mayoría quienes, dentro del mundo universitario, estudian carreras afines a las Humanidades. Es una situación que debe irse revirtiendo, al tiempo que debe desplegarse un trabajo diferenciado con los jóvenes desvinculados del estudio y del trabajo, y con quienes están matriculados en cursos de superación integral y están en condiciones de trabajar.
El primer secretario de la UJC no pasó por alto la urgencia de dignificar al joven que trabaja en el campo; de materializar proyectos recreativos en las montañas y otras áreas rurales; y de garantizar que todo el que nazca en zonas campesinas se sienta espiritualmente realizado. Es una batalla ardua y larga, que no solo corresponde a la UJC, pero en la cual, sin dudas, la organización política puede hacer mucho. (Alina Perera Robbio)