George W. Bush se comunicó con la Oficina de Intereses (SINA), en La Habana a través de una videoconferencia el pasado 6 de mayo para dar orientaciones y conocer sobre la evolución del llamado Plan Bush para la transición en Cuba, hecho que coincidió con el cuarto aniversario del mencionado plan.
Desde la Casa Blanca y acompañado de la secretaria de Estado Condoleezza Rice, el cubanoamericano Carlos Gutiérrez, titular de Comercio y otros miembros del gabinete; el más impopular de los presidentes de Estados Unidos dedicó 45 minutos a alentar a la dirección de los grupos mercenarios de la Isla, presentes en el encuentro.
«Para nosotros fue muy buena esta conversación que tuvimos con el señor presidente Bush (...) Nos felicitó y nos dijo que somos muy valientes por conversar con él. Le agradecimos la ayuda que nos dan los exiliados cubanos, pero no nos alcanza», subrayó una de las contrarrevolucionarias en declaraciones a Reuters.
Así de rápido salió a relucir el tema dinero durante el diálogo, hecho que demuestra el servilismo interesado de los mercenarios con los que cuenta el presidente estadounidense en La Habana, quien «no oculta su desespero ante el avance de la Revolución Cubana y su impotencia por no poder destruirla», dijo un reporte del noticiero estelar de la televisión cubana. El material disponible aquí muestra fotografías y videos que apoyan la denuncia cubana ante tal encuentro y hace públicos fragmentos de declaraciones a una radio de Miami de uno de los participantes en la videoconferencia, en la que asegura que el gobierno norteamericano es de gran ayuda para sus planes. Igualmente se ve a un mensajero de la SINA cuando entregaba paquetes a una mercenaria.
Un cable de PL asegura que las videoconferencias son un novedoso método del gobierno norteamericano y su Oficina de Intereses en La Habana para dar indicaciones a los grupos contrarrevolucionarios sobre cómo desarrollar sus actividades subversivas en la isla.