En el banco cubano de semillas y esporas están registradas 650 variedades de boniato. Foto: Franklin Reyes Santo Domingo.— Entre las mayores reservas de semillas de diferentes viandas que existen en América Latina y el resto del mundo, se encuentran las de nuestro país, básicamente creadas por el Instituto Nacional de Investigaciones de Viandas Tropicales (INIVIT), en este municipio de la provincia de Villa Clara.
Las colecciones, resistentes a plagas y enfermedades, constituyen una garantía para enfrentar situaciones climatológicas extremas y posibles agresiones biológicas del enemigo, reveló Sergio Rodríguez, director de la prestigiosa institución villaclareña.
En los bancos de germoplasmas en forma de semillas y esporas, Cuba conserva el mayor de América Latina de plátano fruta y vianda, con 340 clones de ambos, y el tercero, en esa región, de boniato, con 650 variedades.
Además, atesora uno de los primeros del mundo de variedades de malanga y también de ñame, así como el tercero de yuca en América.
Hay tres formas de conservar las semillas de alto valor genético y germinativo, que son en el mismo campo; in vitro (en institutos de biotecnología) y en nitrógeno líquido. En diversas regiones de Cuba se emplean las dos primeras maneras mencionadas.
Otro aporte esencial del INIVIT, con más de 40 años de trabajo, estriba en la generalización de más de cien resultados científicos relacionados con la creación de nuevas variedades, y el mejoramiento de otras, para lograr mayor resistencia a plagas y enfermedades, además de tecnologías para su control mediante métodos biológicos.
A modo de ejemplo vale revelar que el 80 por ciento del boniato que se siembra en el país, y el 60 por ciento de la yuca y la malanga, proceden de semillas creadas o perfeccionadas por el instituto referido, así como la tecnología para la producción, que fija desde la mejor época de siembra y tipo de simiente hasta la manera de cosechar.
Según Sergio Rodríguez, como parte de los avances en los cultivos de las viandas también se incrementaron los rendimientos, aunque todavía falta para que los progresos científicos se concreten con más eficiencia en la práctica productiva.