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Según una investigación realizada recientemente, los besos pueden permitirle a las mujeres definir quién podría convertirse en su compañero sentimental, mientras para una parte de los hombres esta expresión no es más que un paso que aumenta las posibilidades de un encuentro sexual.
En las encuestas donde participaron unos 1 000 estudiantes, se determinó que los hombres no son tan exigentes al decidir a quién besan, o con quién tendrán relaciones íntimas.
Además, la pesquisa reveló que ellos podrían estar más dispuestos que las féminas a hacer el amor con «alguien a quien no han besado, que besa mal o incluso una persona a la que no encuentran atractiva».
En referencia al tipo de besos, los hombres los prefieren de mayor intercambio, mientras que para las mujeres se vuelven más sentidos a medida que la relación avanza.
Para ellas son muy importantes los besos, los abrazos y las caricias, los «mimos». Les gusta que les hablen al oído, que las estimulen con frases agradables y que las escuchen; mientras que el hombre gusta más de ir «directamente al grano».
Destacan los expertos que estas tendencias podrían deberse en gran medida a la persistencia de una sociedad patriarcal, donde, por una parte los prejuicios limitan la realización de la mujer, y por otra se concibe al hombre con intereses marcadamente sexuales.
