«Lo más importante de esta audiencia, es que se colocó en el centro de la atención lo que en la ley norteamericana se denomina mala conducta del gobierno. Esa es la constante que corre a todo lo largo del proceso seguido contra los Cinco».
Así expresó Ricardo Alarcón de Quesada, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, durante una entrevista transmitida en la Mesa Redonda Informativa de este lunes, en la cual se ofrecieron detalles de la vista oral del panel de tres jueces del Tribunal de Apelaciones de Atlanta, celebrada el pasado lunes 20 de agosto.
En el espacio televisivo se informó que en dicha vista, los jueces que integran el tribunal preguntan a las partes —Fiscalía y defensa—, acerca de temas que están aún por resolver. Ello forma parte del proceso apelativo que comenzó en diciembre del año 2001, y la ley no fija un plazo de tiempo para que los magistrados tomen una decisión.
Alarcón denunció cómo la mala conducta de la fiscalía se expresa desde la propia madrugada del 12 de septiembre de 1998, día en que los Cinco fueron detenidos.
«Lo hicieron un sábado —explicó— para que durante ese fin de semana no pudieran contar con un abogado que los representara. Ese mismo fin de semana los investigadores del FBI se reunieron con congresistas de la mafia miamense. El lunes, cuando los luchadores cubanos fueron presentados ante un juez, ya habían sido condenados por la prensa.
«Y a estas alturas —añadió Alarcón—, este 20 de agosto, el juez presidente del panel de la Corte de Apelaciones de Atlanta, tuvo que pedirle al fiscal que le entregara la documentación clasificada que ese tribunal no conocía».
El también miembro del Buró Político comentó que durante los meses en que el mundo estaba pendiente de lo que acontecía con el niño Elián González, no se conocía que al mismo tiempo había cinco cubanos detenidos allí, y que sus abogados pedían otra ciudad para desarrollar el juicio contra ellos.
«En mi opinión —dijo— el proceso contra los Cinco fue como un premio de consolación que le dio el gobierno norteamericano a la mafia de Miami, que sufrió un terrible golpe por el manejo que hizo del caso de Elián.
«El hecho de haber esperado varios meses para acusar a Gerardo de conspiración para cometer asesinato, es otra prueba de la mala conducta de la fiscalía. El escándalo fue tal, que el Pentágono y el Departamento de Justicia tuvieron que pronunciarse, y decir que nada había puesto en riesgo la seguridad del país.
«Pero para probar cargos como ese, basta con un jurado amedrentado y prejuiciado, para que te dé la razón. Y eso fue lo que sucedió en Miami en el caso de los Cinco», concluyó.