Palabras que ya casi nadie usa por anticuadas, como «bica» (orinal), «damajuana» (garrafa), o «purrela» (sinónimo de basura, desechos), podrán encontrar en internet un refugio, gracias a la iniciativa de dos organizaciones españolas, como forma de celebrar el próximo 23 de abril el Día del Libro y la Literatura.
El Centro Literario Escuela de Escritores y la Escola d´Escriptura del Ateneo Barcelonés han propuesto a internautas, escritores, periodistas y personalidades de la cultura del mundo de habla hispana que «apadrinen» vocablos del español y el catalán para evitar que se pierdan, como una forma también de llamar la atención sobre el empobrecimiento del idioma.
Para esto los participantes podrán colocar aquellas palabras que quieran recuperar, explicar su significado y sus usos o recordar su origen, antes del próximo 21 de abril, a través de los portales de Internet: Escuela de Escritores (http://www.escueladeescritores.com/) y Ateneu Barcelonés (http://www.ateneubcn.org).
Los términos más votados irán a una reserva de palabras en internet, en la dirección de Reserva de Palabras (http://www.reservadepalabras.org/) y Reserva de Paraules (http://www.reservadeparaules.org), «el hábitat virtual donde sobrevivirán estas palabras en desuso», según los organizadores de esta original propuesta.
VACA SAGRADALa iniciativa de salvar palabras en desuso viene muy a tono con las polémicas del recién concluido IV Congreso Internacional de la Lengua Española, que se celebró en la ciudad colombiana de Cartagena de Indias, donde los delegados de los países de habla hispana discutieron a profundidad la situación actual y perspectivas de esta lengua.
La alarma por el empobrecimiento del idioma no es injustificada, pues según datos de la Real Academia de la Lengua Española, solo entre 1992 y 2001, cuando se presentó la 22ª edición del Diccionario de la Real Academia Española, se suprimieron más de 6 000 artículos, palabras que desaparecieron del diccionario aunque, probablemente, lo habían hecho mucho antes en el día a día, por desuso.
Otro de las alertas es la facilidad con la que se están importando extranjerismos o la tendencia a utilizar palabras de comodín que simplifican conceptos con muchos matices, todo lo cual amenaza también el idioma.
No obstante, la Real Academia, con una visión amplia, ha aceptado recientemente la inclusión de una serie de términos, muchos legados de la tecnología al léxico español, que por su uso corriente se han impuesto de todas maneras.
Así, palabras como «bungaló», «digitalización», «internet» (con minúscula), «bulímico», «abrefácil», «autogobierno», «castrante», «salvapantalla» o «mulá», palabras ya aceptadas por los hispanohablantes, son desde ahora vocablos propiamente dichos de la lengua de Cervantes, pues la Real Academia Española los ha incluido en el Diccionario esencial de la Lengua Española.
Este nuevo material es una versión reducida del Diccionario académico, para la que se han seleccionado 54 000 de los casi 90 000 términos con que cuenta esa gran obra de referencia. De los nuevos vocablos, que se incluirán en el Diccionario de la Real Academia en su próxima edición del 2013, el 12 por ciento son términos usados solo en América, y no en España.
La inclusión no se ha quedado solo en términos, sino también en expresiones diversas, como «malos tiempos para la lírica», «llevar en el pecado la penitencia», «matar al mensajero», «gol de oro», «reproducción asistida», «terapia ocupacional» o «vaca sagrada», aceptado para referirse a una ‘persona que, a lo largo del tiempo, ha adquirido en su profesión una autoridad y un prestigio que la hacen socialmente intocable’.
LENGUA ELÁSTICALas palmas de oro en la discusión sobre la lengua española se las lleva en la actualidad internet y el fenómeno de las nuevas tecnologías, en una polémica con varios bandos, donde se va desde el conservadurismo de quienes aseguran que la empobrece, hasta quienes proclaman que la lengua es un organismo vivo y si bien se pierden términos, también surgen otros nuevos.
Hasta ahora, el desbalance entre lo perdido y lo que surge parece darles la razón a quienes hablan de empobrecimiento, si bien la Real Academia, en el plano de las tecnologías, ha aceptado incluir términos de amplio uso, como el de «internet», escrita en minúscula, o los de «cederrón» o «CD-ROM», «ciberespacio», «cibernauta», «computadorizar» o «computarizar», «DVD», «flash», «formatear», «hardware», «módem», «software», «videojuego» o «web», por solo mencionar algunos.
No obstante, la negativa a sustituir términos o frases que ya existen por extranjerismos ha sido firme en varios casos, como los de usar sponsor si en español existe «patrocinador», full time si está «a tiempo completo», disc-jockey equivalente a «pinchadiscos», copyright por «derecho de autor», mass media por «medio de comunicación», o speech cuando desde siempre ha existido «discurso».
Y es que según el director de la Academia, Víctor García de la Concha, se trata de enriquecer el lenguaje sin recurrir a facilismos, aunque teniendo en cuenta que el español es una lengua en constante expansión.
Esta es una realidad a la cual no se le puede dar la espalda, pues desde que en el año 1713 se fundó la Real Academia Española, la lengua ha variado mucho, y en la actualidad se somete a desafíos como la inmersión en internet y las nuevas tecnologías de la información, cuyos centros de desarrollo no son precisamente España ni América Latina; la difícil tensión entre el español de todos y el español de cada país; así como el intercambio con el inglés.
A todo esto hay que agregarle que el español es una lengua en expansión, principalmente en Estados Unidos, donde los hispanos se convirtieron en la primera minoría étnica; sin contar que para 2050, la población hispana se triplicará en ese país hasta 98,2 millones, lo cual significa que de cada cuatro estadounidenses uno será hispano.
Por eso los participantes en el IV Congreso Internacional de la Lengua Española concluyeron que «lo que nos hace fuertes es esa unidad, precisamente jalonada, adornada y robustecida con la propia diversidad que va creando unidad en la diversidad del español», como afirmara el Director de la Real Academia Española.
PELIGRO DE EXTINCIÓNAunque desde el 15 de enero pasado «internet» fue aceptada por la Real Academia de la Lengua Española, como una «red informática descentralizada, formada por la conexión directa entre computadoras u ordenadores mediante un protocolo especial de comunicación», la preocupación de quienes aman el español y el ciberespacio por igual, es otra.
La aceptación de términos de la tecnología tiene que ver no solo con la realidad de que muchos de sus centros de desarrollo no son precisamente España ni América Latina, sino también con el uso de ella en el ciberespacio, analizado durante el IV Congreso Internacional de la Lengua Española.
Hoy las cifras reflejan que más del 57 por ciento de las páginas de internet está en inglés, en buena medida por el uso común de la red del 49 por ciento de la población de EE.UU., en contraste con América Latina, donde el acceso apenas es del tres por ciento.
Para fortalecer la presencia del español en internet, por tanto, no basta con ofrecer una buena página en ese idioma, sino también con el hecho de que haya un público con interés y capacidad para poder hacer uso de esta oferta, que no se contente con consumir contenidos, sino que también los genere.
Otro de los elementos preocupantes para muchos es la simplicidad que emana de nuevos medios tecnológicos como el correo electrónico, la telefonía celular, los mensajes de texto por teléfono y los chats o sitios de conversación en línea, donde muchas veces se escriben con acrónimos, utilizando símbolos o simplemente acortando las palabras para reducir el tiempo de conexión.
Además, está la amenaza de que la tecnología, con términos nuevos en constante surgimiento, al generarse fundamentalmente en países de habla inglesa, sumerge a los hispanohablantes en su léxico, y no pocas veces fuerza la incorporación al habla de nuevas palabras, a veces hasta con similares en el español, que a la postre pueden caer en desuso.
Todo pasa, sin embargo, por un problema económico y de disparidad de desarrollo, por lo cual para fortalecer el español hoy deben superarse primero las brechas económica y cultural, para después abrirnos paso en la tecnología, con el idioma español en ristre, elemento primordial para evitar que algún día la nuestra se convierta en unas de las 6 000 lenguas en peligro de extinción.