Un complejo escultórico del genial arquitecto brasileño Oscar Niemeyer, que representará la resistencia de la Revolución Cubana frente a las agresiones del imperialismo yanqui —como una suerte de David frente a Goliat— será erigido en una plaza de la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI), en la capital cubana.
Es el regalo a Fidel, de 9,5 toneladas, al que hizo referencia recientemente en el Palacio de las Convenciones, la revolucionaria brasileña, amiga de Cuba, Marilia Guimaraes, exiliada en nuestra Patria a fines de 1969 —en la época de la tiranía en su país— bajo el seudónimo de Miriam Martins de Olivera.
Marilia, quien es autora del libro En esta tierra, en ese instante, publicado por la Editora Ebendinger, Río de Janeiro, en 2002, que incluye un comentario de Silvio Rodríguez, explicó que el diseño de esa leyenda viva que es Oscar Ribeiro de Almeida de Niemeyer Soares, una de las figuras más extraordinarias de la arquitectura moderna, y quien cumplirá 99 años este viernes, toma cuerpo en Ciudad de La Habana.
Según nos precisó Marilia en breve intercambio electrónico desde Brasil, «la obra está siendo construida por un escultor brasileño y por obreros cubanos, en Cubana de Acero. Linda, fantástica, ya está casi terminada. Es un aprendizaje sin par para los que nunca habían trabajado la tecnología de Niemeyer.
«Una bandera frente a un imperio. Con formas ovaladas en acero y mirando al cielo. Por detrás de ella el hombre cubano, imprescindible, invencible en su determinación de preservar su libertad y garantizar a cualquier precio lo conquistado en todos estos años. Este diseño de Niemeyer consiste en un monstruo de boca abierta y un cubano de bandera en puño, enfrentándolo», explicó Marilia.
Comentó también que la plaza donde se ubicará deberá concluirse dentro de uno o dos meses, según sus cálculos. Y enfatizó: «Niemeyer está muy feliz. Su amor a Cuba y al Comandante en Jefe estarán expresados en lo que él sabe hacer como nadie. Y yo estoy radiante de felicidad porque la obra satisface a Fidel, el Comandante de la esperanza de todos; y a Niemeyer, el mago de las formas en el concreto».
Al referirse al legendario arquitecto de las líneas curvas y sensuales, uno de los más sobresalientes de la historia cultural de América, Marilia Guimaraes afirmó: «A los 99 años sigue siendo un comunista consecuente. La obra será ubicada hacia el norte. Fidel soñó con colocarla en la UCI. Nació de una escultura regalada por Niemeyer a Fidel en la década de 1990, pero que entonces no pudo salir de Brasil».