Lo más importante ahora es levantar la solidaridad de los pueblos, la movilización, la denuncia; la lucha es lo que va a liberarlos, e independientemente de lo que pase en un tribunal u otro, hay que cerrar ese rabo de nube, aseveró Ricardo Alarcón de Quesada, presidente del Parlamento cubano al comentar en la Mesa Redonda Informativa el ignominioso fallo de Atlanta contra la justicia y contra los Cinco.
Esa misma es la decisión de nuestros compatriotas desde su injusto encierro en cárceles de Estados Unidos, la que fue dada a conocer por Elizabeth Palmeiro, esposa de Ramón Labañino.
Ella pudo conversar telefónicamente con él, a poco de conocerse la insólita declaración de diez de los doce jueces de la Corte de Apelaciones de Atlanta, revalidando el veredicto cruel e inhumano de la jueza de Miami y desautorizando al panel de tres jueces que hace un año revocaron las sentencias con el justo argumento de que en Miami no podía llevarse a cabo un juicio imparcial.
Sí pude hablar con Ramón —dijo Elizabeth—, su respuesta fue reiterar que esto es un caso político, que se demuestra eso una vez más, que se mantienen firmes y en la batalla a pesar de lo decepcionante de la decisión.
Nos piden que continuemos la lucha —añadió—, y que todos los hermanos del mundo redoblen la batalla, porque en el proceso judicial poco podemos obtener, está plagado de intereses políticos, la política prima, y solo el conocimiento que pueda tener la opinión pública de Estados Unidos es lo que garantiza su libertad final y el regreso a casa.
Elizabeth afirmó que esa es la opinión de todos, de Gerardo, Antonio, Fernando, René y Ramón, y que a pesar del golpe, todos están preparados para eso, aunque siempre se guarde esperanza de decencia, de apego a la verdad y a la justicia.
Tras expresar que provoca indignación la actitud de esos diez jueces, Elizabeth denunció que siguen existiendo las violaciones de los derechos humanos, de sus derechos como presos y citó en ese rosario de calamidades que están sufriendo los Cinco y sus familias el hecho de que Olga y Adriana no han podido todavía visitar a sus esposos, René y Gerardo.
Y en nombre de todos los familiares de nuestros Cinco compatriotas, leyó un mensaje para Fidel que, más que la felicitación por su 80 cumpleaños y la confianza en su pronta recuperación, primaba el optimismo, la dignidad y valentía en la lucha por la liberación y la seguridad en la victoria.
AMIGOS Y ABOGADOS REAFIRMAN DISPOSICIÓN A LUCHARTambién Gloria La Riva, del Comité Nacional de Estados Unidos Libertad para los Cinco, expuso en entrevista telefónica idéntica disposición: «Tenemos que luchar contra esta decisión, el proceso no está terminado y la opinión de los dos jueces de la minoría del panel es justa y tenemos que usar esa opinión para fortalecer lo que hemos dicho siempre, que el terrorismo de Miami no ha permitido ni permitirá nunca un juicio imparcial.
Anunció que están organizando para el 23 de septiembre una marcha en Washington, que irá desde el Departamento de Justicia hasta la Casa Blanca, para exigir la libertad de los Cinco, porque ahora esa lucha en las calles es más necesaria que nunca. Gloria La Riva pidió la ayuda de la prensa cubana en la divulgación de esa acción y llamó a un esfuerzo internacional unido.
«Para nosotros son héroes y sé que siguen fuertes y más firmes que nunca», aseguró.
Dos de los abogados de los patriotas cubanos fueron también entrevistados en el programa radiotelevisivo que conduce Randy Alonso: Leonard Weinglass, en Nueva York, y Richard Klugh, en Carolina del Norte. Ambos dejaron claro que la decepcionante declaración de los diez jueces de Atlanta, que tuvo dos disidencias, no es el final del caso, aunque desestimaran el clima de coerción que primaba en Miami. Weinglass explicó que hay dos alternativas: apelar al Tribunal Supremo de Estados Unidos, para lo que tendrían 90 días, o no apelar en estos momentos y volver al panel de jueces de la Corte de Atlanta, porque quedan nueve temas adicionales pendientes que están en las manos de esos tres magistrados.
Alarcón, por su parte, leyó un mensaje que le había llegado desde California, de la activista Alicia Jrapko, del Comité Nacional de Estados Unidos por la libertad de los Cinco. Conciso y firme, dice: «Justito ahora acabo de hablar con Gerardo. Está sú- per bien, enterísimo, y con mucha fuerza; y me dijo que tenemos que seguir pa’lante».
ALARCÓN DESENMASCARA AL JUEZ WILSONEl Presidente del Parlamento cubano hizo un análisis del alevoso y premeditado fallo que a nombre de los diez magistrados hizo el juez Wilson en 69 de las 120 páginas de la declaración del Tribunal de Atlanta, en las que tajantemente se dice que aceptan a Miami.
Hay dos caminos posibles, subrayó al igual que Weinglass, apelar esta infame decisión ante el Tribunal Supremo o esperar a que el panel se pronuncie sobre los otros temas.
Esto requiere un análisis muy cuidadoso de todo el problema y de este documento de 120 páginas que se agregan a los cientos de miles de páginas que ya tiene el proceso, dijo, al tiempo que advertía que cada uno de los compañeros acusados debieran tener el derecho de leer ese documento, pero se preguntó cómo podrán hacérselos llegar, cómo consultarles a los cinco acusados que no están en libertad, que no pueden comunicarse libremente con sus abogados.
Al respecto recordó que hay otra decisión histórica, aprobada por el Grupo de Trabajo de la ONU sobre detenciones arbitrarias, y esos expertos se refirieron hace ya más de un año a la hostilidad de la sede y a los obstáculos que siempre han tenido los cinco para comunicarse con sus letrados.
¿Cómo ahora se reúnen, discuten, comunican, si son abogados de cinco encarcelados en cinco prisiones diferentes y dispersas por todo el territorio de Estados Unidos?, prosiguió Alarcón, quien dijo que la apelación sobre la que se había pronunciado ahora la Corte de Atlanta había tenido esa misma dificultad y relató que cuando Weinglass fue a ver a su defendido, Tony Guerrero, en aquella oportunidad tuvo que ir a Colorado, conversar con él a través de un cristal y enfrente Tony amarrado y Weinglass y su ayudante encerrados en el cubículo.
Hizo hincapié en que el mismo día en que Atlanta da a conocer este fallo, a Cindy Sheehan se le prohíbe judicialmente protestar cerca de Bush en Crawford, el Departamento de Justicia convalida el asesinato del patriota puertorriqueño Filiberto Ojeda por el FBI, y multan en 34 000 dólares a una Iglesia norteamericana por haber visitado Cuba.
Hay que felicitar al juez Wilson, que fue el que redactó esta porquería a nombre de los diez, porque ha recibido una patente, un seguro de vida en Miami, ironizó Alarcón; nadie le va a poner una bomba en su casa o en su carro, a este señor que procede de Miami.
Significó al mismo tiempo que discreparon el magistrado Birch y la jueza Cravich, quienes mantuvieron su decisión como integrantes del panel de tres, mientras los otros diez suscriben una declaración en la que se dice que en Miami se había puesto de manifiesto «el máximo nivel de equidad y profesionalismo» y se le califica como «urbe de amplia diversidad», cuando la jueza Lenard tuvo que recurrir entonces a medidas extraordinarias para lograr formar un jurado «totalmente imparcial» como afirman en la página 54 los diez jueces.
Birch y Cravich no se quedan en la retórica barata de quienes impusieron esta decisión, precisó Alarcón, cuando dijo que ellos profundizaron un poquito más y en la página 73 recuerdan que fue la propia jueza Lenard la que expresó entonces su preocupación por el torrente de artículos que estaban saliendo en la prensa de Miami en los días en que comenzaba el juicio; pero para Wilson, independientemente de lo que dijera la prensa, no hay pruebas de que eso ejerciera influencia sobre los jurados.
Alarcón precisó la atmósfera hostil y virulenta de Miami, la persecución a los jurados, cuyas placas de los carros eran mostradas por la televisión local o eran llevados a diario al metro donde hay un monumento a los Hermanos al Rescate.
Hizo además referencia a que haber dado a conocer el documento exactamente ayer, justo a un año del fallo del panel de tres jueces y exactamente después de que concluyera la Mesa Redanda de la víspera, parece demostrar que quisieron agregar un elemento de insulto al pueblo cubano.
Sin embargo, precisó que ahora tenemos una segunda expresión de decencia jurídica a partir de este 9 de agosto, porque los dos jueces autores de las 93 páginas de 2005, refutaron nuevamente las tonterías de la mayoría de ese tribunal o más bien del señor Wilson.
Los panelistas Lázaro Barredo, director del diario Granma, Arleen Rodríguez Derivet y Reynaldo Taladrad ratificaron el carácter político del proceso, la existencia en Miami Dade de un solo poder económico, político, mediático que controla a las personas que pueden ser jurados y garantiza la existencia de un prejuicio contra Cuba en esa comunidad, lo que hace imposible obtener allí un juicio justo e imparcial.
El documento todavía requiere de un análisis más detallado y minucioso, pero quedan claro dos elementos: la firmeza de los Cinco, su familia y su pueblo, y la determinación compartida con muchos amigos solidarios en todo el mundo de que hay que continuar la lucha y la denuncia frente a la conducta impropia y dolosa del gobierno de Estados Unidos.