Hoy revelo la carta que me envió Laura Basaco Hong, directora de Inspección del Ministerio de Educación, en respuesta a la queja aparecida en esta sección el pasado 3 de junio, de Yusimí La Rosa Díaz, maestra primaria de la localidad matancera de Colón.
Pero antes recordemos el antecedente: Yusimí se lamentaba de que, llevando seis años de graduada en Licenciatura en Educación Primaria, en el Instituto Superior Pedagógico Juan Marinello, aún no tuviera el título acreditativo.
Al egresar, le plantearon que debía esperar por este, pues no contaban con rotulista. A los cinco meses, la secretaria docente del ISP le dijo lo mismo. A los cuatro años se personó de nuevo en el Pedagógico, y ya la secretaria docente ni se acordaba de su caso. Buscó el título en el archivo y no aparecía, aunque sí figuraba en el tarjetero como pendiente. Y le prometió entonces a Yusimí que se lo haría llegar a la filial pedagógica de Colón.
Volvió a llamar el 7 de julio de 2004 para saber si habían mandado a confeccionar el título, y le dijeron: «Estamos en eso». Y desde entonces transcurrieron casi dos años, hasta que escribió a esta columna.
Al respecto, precisa la Directora de Inspección del MINED que, al publicarse la queja, una comisión visitó a Yusimí para esclarecer los hechos. Y la secretaria docente del ISP «reconoció su negligencia al no cumplir lo acordado de enviarle el título con la secretaria de la sede pedagógica del municipio». Llenó el mismo y lo archivó, «incumpliendo el acuerdo de la última vez que se comunicó con ella».
También aclara la funcionaria que «la trabajadora no acudió a la Dirección Municipal de Educación ni a la Dirección Provincial de Educación a realizar sus planteamientos, y mostró satisfacción por la atención recibida y arrepentimiento por no realizar otras gestiones antes de escribir a la prensa».
Y en cuanto a lo también planteado por Yusimí sobre la situación de la puerta de su aula, que se cayó por podredumbre del marco, aclara Laura que no se ha contado con la madera apropiada para la confección de este. Y la edificación, antigua y patrimonial, está incluida en proyectos inmediatos de reparación y mantenimiento.
Agradezco a la Directora de Inspección su interés en el caso y la respuesta. También me enteré de la solución del problema, de que Yusimí ya tiene su título, por una reciente carta de agradecimiento de ella y de su esposo, quienes valoraron la actitud autocrítica de la secretaria docente del ISP Juan Marinello ante sus propios errores. No obstante, no se dice en la carta de la funcionaria si se tomó alguna medida —al menos una amonestación aleccionadora y educativa— ante el desentendimiento y el olvido con el título durante tanto tiempo, algo que se había prometido.
En cuanto a que Yusimí no acudiera a las direcciones municipal y provincial de Educación, si bien es cierto que quizá hubiera evitado la revelación del caso, no lo considero más trascendente que la lección extraída por todos en cuanto al peligro de los olvidos y dilaciones. Tampoco Yusimí tiene que arrepentirse por haber acudido a la prensa cubana. Quizá ayudó a que no se repita tal olvido.