Una foto, una historia
EL viernes 17 de noviembre los constructores que remodelan el estadio de un club deportivo alemán tropezaron con una pieza de concreto, enterrada bajo lo que serán los vestidores del equipo local Billstedt-Horn, y la pala mecánica no fue capaz de romper el obstáculo…
Junto con la tierra se removían tenebrosos fantasmas del pasado. Una esvástica de cuatro metros por cuatro metros emergía de 40 centímetros de encierro y choqueaba a los trabajadores de la obra en el Hein Klink Sportplatz y a las autoridades de Hamburgo, en el norte de Alemania. Una lona azul cubría de inmediato el emblema del nazismo.
El jefe del distrito, Falko Droßmann, corrió hasta el lugar luego de ser alertado, decía el diario The Sun, no sin antes ordenar, de inmediato, elimínenla lo más pronto posible.
Para destruir la pieza de concreto que, al parecer, era parte de un monumento del régimen hitleriano, se han activado martillos neumáticos para llevarla hasta pequeños trozos.
Según el diario, el presidente del club, Joachim Schirmer, solo dijo que el grupo deportivo continuaría su negocio como de costumbre. Señaló que la esvástica en cuestión era parte de un monumento que había sido destruido en los años de 1970.
Pero tras el objeto descubierto estaba el Partido Nazi y el Tercer Reich que se adueñó, destruyó y sembró la muerte en Europa desde 1933 hasta 1945. Nada para dejar atrás y mirar a otro lado…
A comienzos de este noviembre de 2017, algo de espanto sucedió nada menos que en Varsovia, donde las fuerzas hitlerianas establecieron el mayor ghetto de judíos durante el Holocausto de la Segunda Guerra Mundial. 400 000 personas hacinadas en ese prácticamente centro de tránsito de las deportaciones hacia el terrible campo de exterminio de Treblinka, lugar en el cual fueron asesinadas no menos de 780 000 personas, la gran mayoría judíos polacos, entre ellos unos 265 000 procedentes del ghetto varsoviano.
Ghetto de judíos durante el Holocausto.
El espanto de ahora es que 60 000 personas se manifestaron el sábado en Varsovia y pedían pureza de sangre. Estos ultranacionalistas celebraban la independencia pero en esta ocasión, además del lema «Dios, honor y patria» también gritaron lemas xenófobos y anticomunistas o más probablemente anti-rusos: «Polonia pura, Polonia blanca», «Largaos con los refugiados» o «A golpe de martillo, a golpe de hoz, acabemos con la gentuza roja». Reportó el diario El País, de España, que uno de los oradores afirmó: «la cultura cristiana es superior a la cultura islámica».
Uno de los oradores que animaba la concentración afirmó que la cultura cristiana es superior a la cultura islámica. Foto: AP
¿Cómo explicar tal hecho —que no es el único en la Europa actual— en el cual los hijos de las víctimas de entonces parecen dispuestos a convertirse en los verdugos perpetradores de estos nuevos tiempos?
La manifestacion ultranacionalista en Varsovia del 11 de noviembre de 2017. Foto: EFE