Tiempo extra
¿Alemania o España? Esa es la medular pregunta que pulula por doquier, de cara a la próxima Copa del Mundo de Fútbol Brasil 2014. E imagino que ustedes también estén de acuerdo con la lógica de esa interrogante, aunque sean hinchas de otros equipos como Brasil o Argentina.
Esto se debe a la inédita final alemana que tendrá la Liga de Campeones de Europa el próximo día 25, en Wembley, donde rivalizarán Bayern Múnich —actual monarca de la Bundesliga— y Borussia Dortmund, titular bávaro en las temporadas 2011 y 2012.
Por demás, esta disputa de la codiciada «Orejona» —la Copa que se entrega al ganador— se consolidó cuando, en semifinales, como ya se conoce, los dos cuadros teutones dejaron en la cuneta a los que sin duda son los dos mejores equipos de España y, hasta ese momento, eran los más capacitados del mundo: el Barcelona y el Real Madrid.
¡Alemania 11-España 3! Así han titulado en sus portadas los diarios germanos, sumando los goles de ambas series. Y más allá de la ausencia de algunas figuras que pudieron evitar un pizarrón tan holgado —por ejemplo, el Barça no contó con el lesionado Messi—, ese fue el saldo del cotejo entre ambos colectivos. Y creo que no hubo dudas del predominio alemán.
España es, por derecho propio, el actual campeón de los dos certámenes por naciones más importantes que existen: la Copa del Mundo y la Eurocopa. Y aunque realmente sus representantes cedieron en esta ocasión, creo que una competencia —por fuerte que sea, como lo es la Champions— no es determinante para hablar de «fin de ciclo» de un equipo como el Barcelona y, por consiguiente, de una selección como España.
Es cierto que, en este minuto, Alemania no tiene rivales. Léanse algunos nombres y tal vez concuerden conmigo: Thomas Müller, Bastian Schweinsteiger, Mezut Ózil, Sami Khedira, Mario Götze, Philipp Lam, Mats Hummels o el arquero Manuel Neuer. Todos son la cosecha recogida de un largo proceso de renovación que Alemania inició hace 13 años, después de que la selección quedara eliminada en fase de grupos de la Eurocopa en Bélgica-Holanda, sin ganar un partido.
Ya no son los otrora «tanques» sobre la cancha, con más músculo que arte. Han mejorado ostensiblemente en la conducción de la esférica, en el regate en el área chica, y siguen siendo superiores en el juego por alto, gracias a su mejor físico.
Pero España aún tiene a Sergio Ramos, Gerard Piqué, Xavi Hernández, Xavi Alonso, Andrés Iniesta, Jordi Alba e Iker Casillas (¿o Diego López?) en la meta, y esa teoría del «falso 9», que aunque a mí no me gusta, le ha reportado excelente dividendos.
El técnico español Pep Guardiola, quien arrasó como timonel del Barcelona, se hará cargo del equipo muniqués a partir de junio. La «parada le quedará alta», pues ese grupo ya ganó la Bundesliga y es favorito para vencer en la Champions y alzarse con la Copa de Alemania. Pero Pep la debe «saltar». Dada la fuerza de los jugadores alemanes, diseminará en su equipo la que fue su principal baza en el cuadro culé: la preparación física. Lo del toca-toca habrá que esperarlo, al igual que lo de mi prepronóstico de una próxima final mundialista entre Alemania y España. ¿Qué me dicen?