La tecla del duende
Por estos días mi amigo Rolando, uno de los compañeros más bromistas que conozco, ríe poco y no divierte con la misma intensidad a quienes lo rodean. Tiene saudade, esa indescriptible sensación del idioma portugués, que no ha encontrado exacta traducción al español.
Pero nuestra columna habló y hablará en otras ocasiones de saudade. Hoy es el turno de Roly, el que se coronó campeón con Granma en la última Serie Nacional, cual bayamés de ley. El que acompañó a un hermano hasta el final, a un amigo entrañable que nos hizo llorar a ambos, por la agonía antes de abandonar nuestro mundo. El que representa alma de un centro de trabajo como gestor insustituible, chispa de la movilización, garante de seguridad cuando hay que descubrir nuevos caminos.
Por eso esta columna va dedicada hoy a un hermano, a un lector que descubrí en aquella expedición a la Comandancia de la Plata. Esta columna va dedicada al campeón, al bromista, al gestor, pero sobre todo, a la alegría, necesaria en medio de las dificultades.
En el canto alegre del que espera un nuevo día, yo sé que vas a salir del slump. Los olímpicos no fallan, cuento con el extra de tu carisma, para que la sonrisa siga floreciendo en los que compartimos labores contigo.
Y como nos decía aquel filósofo callejero: vamos a meterle, que es de pipa y se pone caliente.
En solitario y tomando distancia, en casa o en recorridos reiterados, las personas ganan salud cuando caminan por diversos motivos. En la carrera caminata en saludo al Comité Olímpico Cubano y por el aniversario 95 del natalicio de Fidel, encontré a varios amigos que desde la virtualidad compartieron sus experiencias.
Después de esta práctica que conecta a personas con intereses compartidos, le invito a caminar, otra vez virtualmente, ahora por el Diez de Octubre. Es cierto que faltan unos días, menos de dos meses, pero en fecha sagrada para nuestra Patria, estoy convencido de que no faltarán iniciativas. ¿Te sumas?
Alita: No son buenas la prisa ni el rechazo para definir lo nuestro. Vamos a dejarlo en pausa. Gabito.
Teo: Faltan segundos para nuestros minutos, minutos para nuestras horas. Ten paciencia. Lola.
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