La tecla del duende
El texto que leerán a continuación lo envía Greter Abreu. Sintetizo:
En una pequeña aldea, un abuelo sabio pone a prueba a sus cuatro nietos, tres niños y una niña. Cada uno deberá tomar una gallina y matarla en un lugar donde nadie los vea. Al que lo haga mejor, le regalará una flauta de madera hecha por él.
Los niños parten decididos a obtener el trofeo. Al cabo de cierto tiempo, el primero en regresar deposita a los pies del anciano su gallina muerta. Trepando a lo más alto de un árbol, oculto entre las ramas, la degolló.
El segundo llega, luego de abrir el vientre de la gallina sumergido en el río. El tercer muchacho, con aires de triunfador, entrega su animal muerto. —Me fui al cementerio y, camuflado por la sombra de una tumba, le estiré el cuello.
Por el contrario, la nieta, apesadumbrada, llega con la gallina viva en los brazos. El sabio le pregunta: —¿Qué sucedió, señorita? ¿Acaso en toda la aldea no hay un lugar sin gente?
—No es eso, abuelo. Usted nos pidió que matáramos la gallina donde nadie nos viera, pero por muy desiertos que estuvieran los sitios donde fui, la gallina siempre me estaba mirando.
El anciano, con una gran sonrisa, le entregó a la niña la flauta de madera.
A eso que no podemos engañar en ningún momento, es nuestra conciencia. Es esa «gallina» que siempre nos está observando, que siempre se da cuenta, nuestro sabio interior que es pieza clave de nuestra transformación.
¿Nadie te mira ahora?
En el batey matancero del antiguo central España Republicana, Idadenia continúa incrementando la membresía de tecleros. Esta vez hablaron de la amistad, del bien común de ayudar a las personas, una labor en la que han descollado las trabajadoras sociales durante el enfrentamiento a la COVID-19. La nieta de Lily, recuperada, se prevé como futura líder del proyecto y juntos todos añoran con ejecutar la Ruta Pablo, en homenaje a Pablo de la Torriente Brau. Ampliaremos.
Alicia: Cuídate, quédate, ámate. Yo espero. Rolo.