La tecla del duende
Desde Batabanó, con un mensaje martiano que abraza, escribe Carmen Montoya:
Quiero contar una historia bella e importante de los resultados que se logran en un barrio de la Habana, en El Mirador del Diezmero. En 2019, en la misma esquina de la calle 6ta, había un basurero que afectaba a los vecinos. Un grupo de ellos comenzó la limpieza y mantenimiento del lugar.
Francisco Castillo y Alexis Rodríguez, entre otros vecinos de la calle 6ta, pusieron un busto de José Martí y sembraron rosas junto a este. Todos participaron e hicieron un parque martiano, ya hoy todo limpio, lleno de flores y plantas medicinales. Para la basura están los tanques necesarios. Todos los días por la tarde, Frank y Alexis limpian el parque.
Pero cuando nuestro Presidente habló de aprovechar la tierra, entre los vecinos de las calles 3ra y 6ta cercaron el parque y toda la lomita llena de hierba la chapearon. Han sembrado maíz, habichuelas, ñame, boniato, plátanos y otros productos.
Puedo documentar el antes y el después del proyecto, quisiera que usted me ayude a que esto se conozca. En esta calle residen mis padres.
Cada vez que lloras, escribes lo que sientes, o te desahogas con alguien, tu energía se purifica y elevas tu vibración. Cada vez que ríes, cantas y bailas disfrutando la vida, tu energía se purifica y elevas tu vibración. Cada vez que haces lo que te gusta, y ejercitas y mueves tu cuerpo, tu energía se purifica y elevas tu vibración.
Cada vez que pides perdón, perdonas y das gracias con el corazón, tu energía se purifica y elevas tu vibración. Y cada vez que te respetas y te amas a ti mismo y a los demás de verdad, además de purificar tu energía y elevar tu vibración, también ayudas a nuestra hermosa tierra a vibrar en la frecuencia más alta, que es la del amor.
Ya no lo aplaces más, ¡ármate de valor, y ponte a trabajar en ti mismo! Eres el trabajo más importante de tu vida. ¡Si tú vibras alto, todos vibramos alto, porque somos uno! ¡Tú puedes, atrévete y haz que suceda! (Enviado por Anelys).
Hermes: Soledad no es aislamiento. Mi cura eres tú. Yoana