La tecla del duende
Doctoras y doctores de Cuba luchan en buena parte del planeta para frenar la pandemia de la COVID-19. En nuestras casas, otras «doctoras» batallan con proyectos sumamente importantes, como el que nos recuerda Yanela del Toro Arias, desde Ciego de Ávila:
Cierto día una mujer llamada Ana fue a renovar su licencia de conducir. Cuando le preguntaron su profesión, ella dudó… «Soy madre», dijo. «No consideramos eso un trabajo. Voy a poner que es ama de casa», le respondió el funcionario fríamente.
Una amiga suya, Marta, supo de lo ocurrido y se quedó pensando al respecto por algún tiempo. Un día se encontró en idéntica situación. Quien la atendió era una funcionaria de carrera. La primera pregunta: ¿Cuál es su ocupación? Marta pensó un momento y respondió: «Soy doctora en Desenvolvimiento infantil y Relaciones humanas». La funcionaria hizo una pausa… Marta repitió lentamente. Luego de anotar todo, la joven osó indagar: «¿Puedo preguntar qué es lo que hace exactamente?». Sin dudas, Marta respondió: «Desarrollo un programa a largo plazo, dentro y fuera de la casa». Pensando en su familia continuó: «Soy responsable de un equipo y ya recibí cuatro proyectos. Trabajo en régimen de dedicación exclusiva, el grado de exigencia es de 14 horas por día, a veces… hasta 24».
A medida que iba describiendo sus responsabilidades, Marta notó un creciente tono de respeto en la voz de la funcionaria, quien no le realizó más preguntas.
Cuando regresó a su casa, Marta fue recibida por su equipo: una niña de 13 años, una de siete y otra de tres… Subiendo por la escalera al piso superior de la casa, pudo oír a su más nuevo proyecto, un bebé de seis meses, ensayando un nuevo tono de voz. Feliz, tomó al bebé en brazos y pensó en la gloria de la maternidad, con sus muchas responsabilidades... Mamá, ¿dónde están mis zapatos?... Mamá, ¿me ayudas con la tarea?...
Mamá, el bebé no deja de llorar… Mamá… Sentada en su cama, Marta meditó: si ella era Doctora en Desenvolvimiento infantil y Relaciones humanas… ¿qué serían las abuelas? Pues Doctoras-másteres en Desenvolvimiento infantil y en Relaciones humanas. Las bisabuelas, Doctoras másteres ejecutivas. Las tías, Doctoras-asistentes…
En un mundo en el que se da tanta importancia a los títulos ¡conviértase en una especialista en el arte de amar! (Publicado originalmente el 8 de diciembre de 2016).
Los seres humanos no nacen para siempre el día en que sus madres los alumbran, sino que la vida los obliga a parirse a sí mismos una y otra vez. (Gabriel García Márquez).