Los que soñamos por la oreja
Hace varias semanas circula entre nosotros la más reciente entrega fonográfica del pinareño Luis Alberto Barbería, el álbum denominado A full, disco que si bien aparece acreditado a este cantautor, está concebido también con la fuerte participación de las muchachas del cuarteto Sexto Sentido. En lo personal, conocí la obra de Barbería allá por los tiempos de la peña de 13 y 8, a fines del decenio de los 80.
Luego vendrían sus experiencias como integrante de duetos con Magilee Álvarez, Alcides Toirac y Andy Villalón, trabajos de carácter transitorio, pero de gratos recuerdos para quienes disfrutamos de sus propuestas. En toda esa trayectoria, Luis Alberto se destacó por el énfasis que puso en elementos afrocubanos, sobre todo por el manejo que hacía en la guitarra de patrones rítmicos de la percusión (técnica guitarrística que entre nosotros ha sido desarrollada al límite por Leo Brouwer y José Ángel Navarro), muestra de lo cual era su tema Sangre revuelta. A esta característica, Barbería ha unido siempre sus notables influencias de la música estadounidense (funk, R&B, jazz) y de la procedente del Brasil, aspecto que se percibe a las claras si uno se fija en muchas de las armonías de sus composiciones.
Los rasgos antes apuntados están presentes en la actual entrega discográfica de Luis Alberto Barbería, en la que sigue sacándole el máximo de provecho a su voz de barítono, en un estilo que mucho le debe al estadounidense Barry White. En este CD (segundo publicado a nombre del cantautor), puesto en el mercado a través del sello Egrem, uno siente que ha sido realizado con absoluta libertad, sin ningún tipo de presión de esas que interfieren en la producción discográfica del presente. Eso le posibilita a Luis Alberto, a las chicas de Sexto Sentido y a los músicos de respaldo, desempeñarse como si lo estuviesen haciendo en un concierto en directo. Creo que ahí radica uno de los méritos del álbum, que todo el tiempo suena fresco y con mucha bomba, como suele decirse en el mundo musical.
Otro aspecto que merece ser resaltado es el trabajo vocal que prevalece a lo largo de los 11 cortes del fonograma. Al respecto, la intervención de Sexto Sentido no se limita a lo que por lo general ocurre en casos semejantes, o sea, ofrecer una apoyatura vocal en uno u otro momento, a fin de resaltar lo llevado a cabo por el solista. En A full no pasa nada de eso, sino que el cuarteto femenino tiene un protagonismo semejante al que le corresponde a Barbería como figura protagónica del disco. Incluso, con lo hecho en este CD, la formación encabezada en la actualidad por Yudelkis La Fuente, se reencuentra con muchas de las características que identificaron su quehacer en los comienzos del cuarteto y que tanto me impactaron en lo personal, pero de las que por razones desconocidas para mí, en un momento dado de su trayectoria se apartaron —con lo que, si bien es cierto que pueden haber ganado mayor popularidad, también es verdad que disminuyeron en el nivel artístico de su entrega.
Fundamental en el resultado final que encontramos en A full es la labor del guitarrista Nam San Fong, quien participa como productor musical y arreglista en el fonograma. Junto a él intervienen otros músicos en la grabación, entre ellos el baterista Rodney Barreto, Tailín Marrero en el bajo, Julio Padrón en la trompeta, el pianista Harold López-Nussa (su solo en el tema Bolero en blanco y negro es sencillamente delicioso) y el cantautor Kelvis Ochoa, viejo compañero del pasado en Habana Abierta.
Contentivo además de un DVD con el making off del disco y el videoclip de la pieza Tatuaje, este producto fonográfico sobresale también por la calidad de su sonido, que mucho le debe al aporte de Waldy Domínguez como responsable de la masterización. Desde el punto de vista técnico solo habría que señalar que en el tema Dibujo a crayón debió editarse mejor la coda hecha por la batería (diseñada en apariencias para irse en fade), pues por olvido de alguien se nota un golpe de más del bombo. Por lo demás, al menos para mí, soy del criterio de que estamos en presencia de uno de los álbumes mejor facturados entre los publicados en nuestro país en materia de cantautores durante los últimos tiempos.