Los que soñamos por la oreja
La Asociación Hermanos Saíz (AHS) está cumpliendo 27 años de fundada en el presente mes de octubre y en coincidencia con dicho aniversario, su membresía celebra un II Congreso. Durante algo más de un cuarto de siglo, esta organización cultural se ha destacado por apostar por el desarrollo artístico-literario de la juventud cubana y concebir espacios de visualización para formas de creación llevadas adelante por las nuevas generaciones, en ocasiones incomprendidas por otras instituciones. En las filas de la AHS se agrupan escritores, artistas de la plástica, la música, el teatro y promotores o gestores culturales de todo el país, intelectuales menores de 35 años de edad.
No está de más recordar que al nacer en 1986 la Asociación Hermanos Saíz, lo hace justo en un momento en que también emerge en el país una nueva generación que tiene algo que decir y reclama un espacio. Y claro, insertarse en ese proceso tan amplio que es la sociedad, a una generación nueva le cuesta trabajo, lucha y sacrificio —aun cuando sean o no luchas antagónicas, en cualquier caso.
Hacia aquel año de 1986 en el arte y la literatura en Cuba vivíamos un particular instante, signado por el hecho de la irrupción a la palestra artística nacional de todo un movimiento de creadores veinteañeros, justo en la etapa de provocación y transgresión, de acuerdo con el criterio de que cada edad tiene su función en la cultura. Esa vocación por la experimentación e irreverencia también se dio en la escena musical cubana y desde entonces, ha sido rasgo de la movida nacional en torno a manifestaciones como el rock, el rap, el pop, la Canción Cubana Contemporánea, el reggae, expresiones que por mucho tiempo encontraron en la AHS el mínimo (y a veces el único) respaldo necesario para desarrollarse.
Dentro del amplio cúmulo de actividades auspiciadas por la Asociación Hermanos Saíz en pro de apoyar lo que justo en el número 0 de Dédalo (órgano de la AHS), publicado en 2001 a raíz del I Congreso de la Asociación, di en llamar Música Cubana Alternativa, se destacan encuentros como Las Romerías de Mayo, el Festival Longina, numerosos certámenes dedicados al rock, como por ejemplo el Ciudad Metal o el Caimán Rock, y el que fuese el principal evento de la esfera en la organización, los muy recordados Días de la Música, lamentablemente desactivados en la actualidad.
Durante una buena cantidad de años, la AHS devino la única posibilidad concreta de realización en el país para los jóvenes roqueros, cantautores y raperos. Puede que hubiera quien desarrollase su propuesta artística con independencia de dicha organización, e incluso fuera de las otras instituciones culturales, pero en cualquier caso, sería la excepción de la regla, lo cual a fin de cuentas es su confirmación.
Si bien ciertamente la Asociación Hermanos Saíz a lo largo de estos 27 años ha sido una suerte de mediadora entre el sistema institucional de la Cultura y las expresiones artísticas desplegadas por los jóvenes con vistas a su inserción en el ámbito de las instituciones dependientes del Ministerio de Cultura, estoy convencido de que el trabajo más difícil y, por tanto, de mayores logros en dicha línea, es el relacionado con la música. Vale la pena recordar que gracias al sistemático accionar de la AHS surgieron la Agencia de Rap y la Agencia de Rock, dos modelos diferentes al de las tradicionales empresas cubanas de la música y que, si bien no son perfectas, representan un paso de notable avance en relación con lo que teníamos hasta la aparición de ambas agencias.
Un balance de lo llevado a cabo en estos 27 años de intenso trabajo por parte de la Asociación Hermanos Saíz en todas las áreas que atiende y especialmente en la esfera de la música, puede arrojar momentos de mayores o menores aciertos en diferentes etapas del período transcurrido, pero lo innegable resulta que su apoyo para el florecimiento de otras maneras de entender el arte y lo cubano dentro de la creación, ha sido fundamental a la hora de colocar los cimientos de lo que en el presente vivimos en materia de cultura nacional.