Las tres del domingo
Los guardias de la prisión de Guys Marsh, en Dorset, en el sudoeste de Inglaterra, buscaban afanosamente cómo entraban drogas tras las rejas, pues en pruebas realizadas el 20 por ciento de los reos habían dado positivo a los estupefacientes. La respuesta les llegó cuando encontraron los cuerpos de tres ratas que habían sido lanzadas dentro de los muros de la cárcel, y estaban llenas de teléfonos móviles y cargadores, tres tarjetas SIM, papeles de cigarrillos y una gran cantidad de drogas sicoactivas, entre ellas sustitutos del cannabis. El descubrimiento permitió que el ministro británico de prisiones dijera: «Este hallazgo muestra las extraordinarias distancias a las que los delincuentes recurren para contrabandear drogas en la prisión, y subraya por qué es tan importante que trabajemos para mejorar la seguridad». Otros métodos incluyen pelotas, palomas y drones.
Una escultura de una papa gigante, construida para promover a los granjeros de Idaho se está convirtiendo en el Big Idaho Potato Hotel, un alojamiento de una sola habitación, que abrirá en mayo con el precio de 200 dólares la noche. La escultura de acero y concreto, que mide 28 pies de largo, 12 de ancho y 11 pies y medio de alto, y que celebró en el año 012 el aniversario 75 de la Comisión de la Papa del estado norteamericano, sería retirada para construir la Big Idaho Potato 2.0, pero a Kristie Wolfe, promotora de las giras turísticas al monumento, se le ocurrió la idea del hospedaje, y esperan obtener muy buenos resultados.
Caitlin Burch creía que a sus hijas les había crecido demasiado la imaginación, pues las niñas hablaban de una criatura que dormía en el closet de su habitación. Tres días después, el cuento de hadas o de ciencia ficción se convirtió en realidad. Era nada menos que una zarigüeya, llegada allí quién sabe cómo, acomodada entre los juguetes. La «fantasía» terminó cuando el esposo de Caitlin atrapó al marsupial de la familia de los didelfimorfos y lo puso de patitas en la calle, mejor dicho, en el bosque cercano.