Las tres del domingo
Nadie dirá que Einstein no sabía lo que hacía, incluso cuando estaba «arrancado». Esta semana fueron subastadas en Jerusalén unas hojas donde en 1922 expuso su teoría sobre la felicidad. Poco después de la noticia del Nobel, el genio se topó en Tokío con que no tenía propina para un mensajero, así que optó por agasajarlo con unas notas en las que elogiaba la felicidad de una vida humilde y que ahora se vendieron en más de millón y medio de dólares.
Colma tiene un raro balance: 1 600 habitantes vivos y un millón y medio de muertos que «residen» en 16 cementerios. Tras una ordenanza, en 1914 se produjo la permuta forzosa de 150 000 cadáveres desde la cercana San Francisco a la ahora llamada «Ciudad de las almas». Los lugareños agradecen el raro privilegio de estar vivos. Entre otros muertos célebres, allí descansa el mítico alguacil Wyatt Earp, cuya lápida fue robada… ¿por un muerto más veloz que él?
Una chilena llegó a su casa tras viajar en guagua desde Santiago y notó que la cerradura de la maleta no abría. Al forzarla, encontró 108 millones de pesos, unos 174 000 dólares, que no eran suyos. Claro, la maleta tampoco. La Policía explicó que el propietario debía acreditar el origen de semejante «menudo», pero por alguna razón —timidez, seguramente— un reclamante que en los inicios había contactado a la agencia de viajes ha desistido de presentarse a recogerla.