Las tres del domingo
Un hallazgo relevante aunque triste fue el que realizó en la Antártica un equipo de científicos que desde 2016 explora la cabaña erigida allí por la expedición noruega que lideró Carsten Borchgrevink en 1899. Se trata de un panqué relleno de frutas…
Pero no perteneció a esos exploradores, sino al grupo británico que siguió sus pasos en 1911 y utilizó el lugar como refugio. Aunque no hay pruebas concluyentes, se estima que el dulce formaba parte del alijo de Robert Falcon Scott, conocido como Scott de Antártica y cuya misión, nombrada Terra Nova, no concluyó pues sus miembros fallecieron al regresar a la base.
A Scott le fascinaba ese platillo, que aún estaba envuelto en el papel original y fue producido por la firma Huntley&Palmers, famosa por aquellos tiempos. Lo más interesante es que a pesar de tener un regusto ácido, aún es perfectamente comestible.