Inter-nos
Es un juego diabólico, un «espejo sintético del mundo real» —como lo describen—, en el que cada hombre, mujer y niño de nuestro planeta está siendo calibrado, nada más y nada menos que por el Pentágono.
El Sentient World Simulation (SWS) —así se llama— es el invento más reciente del Departamento de Defensa de Estados Unidos, en el cual se provee el entorno simulado donde pueden probar sus Operaciones Psicológicas (PSYOP), «anticipar y determinar las conductas de adversarios, neutrales y asociados» sometidos a situaciones estresantes que pueden ser una guerra, un golpe de estado, el agotamiento de los abastecimientos de agua, o predecir el curso de las acciones de la humanidad aplicando teorías económicas o sondeando los mercados para nuevos productos.
«La idea es generar alternativas futuras», dice el profesor Alok Chaturvedi, de la Universidad Purdue, coautor de ese simulador del mundo por el que ha recibido millones de dólares de los militares estadounidenses, y que también es del interés del Departamento de Seguridad de la Patria, que ya lo utiliza para simular crisis en el territorio estadounidense.
Según la publicación The Register, el directorio de experimentación e innovación del Comando de las Fuerzas Conjuntas de EE.UU. comenzó a trabajar desde el pasado mes de abril con la Seguridad Interna y fuerzas multinacionales en el Noble Resolver 07, un experimento de defensa interna que durante el mes de agosto enfrentará escenarios de crisis dentro de Estados Unidos, desde la costa atlántica hasta la del Pacífico.
No es el único teatro de operaciones que ya han estudiado mediante el «jueguito», pues también pusieron en el protagónico el espacio bélico de Bagdad en el año 2015, y han simulado situaciones en 62 naciones —incluidas Iraq, Afganistán y China—, una cifra que recuerda una frase del señor George W. Bush cuando dijo que haría su «guerra contra el terrorismo» en 60 o más «oscuros rincones» del planeta.
Dicen que los modelos computarizados de Iraq y Afganistán son los más desarrollados y complejos de esa sesentena; pero no dejan a un lado el resto del mundo. Estamos todos en su mirilla; nos escudriñan como conejillos de India, basados en los acontecimientos diarios, los datos del censo, los indicadores económicos, los eventos climáticos y los datos suministrados por sus agencias de espionaje, incluida la inteligencia militar estadounidense. Desestabilizan en el espejo-ficción para saber cómo desestabilizar en la vida real.
Pero, como alguien dijo, el SWS nunca será lo suficientemente «inteligente» como para anticipar todas las posibilidades o predecir cada una de las reacciones humanas.
La vida real, sus dramáticas complejidades, la resistencia del ser humano a las presiones, la lucha por la supervivencia y la determinación de buscar justicia y dignidad, no son íconos o fichas de un juego donde uno solo quiere capitalizar protagonismo y mandato imperial, cuando él también puede recibir jaque mate.