Frente al espejo
«Muy buen trabajo (El día en que le anunciaron su propia muerte, Julieta García Ríos, 5 de octubre). Conmovedor. Cuando ocurrió el crimen de Barbados yo también practicaba esgrima, en la modalidad de sable, y tuve la posibilidad de conocer al equipo de esa arma y competir contra ellos. Muchachos excelentes y de una calidad humana y deportiva a toda prueba... Fue un crimen abominable. Ningún cubano lo olvidará nunca... Este tipo de trabajo es muy necesario para quienes no vivieron esos días tristes y luctuosos, en que todo el pueblo lloró a sus hijos y vibró con el discurso de Fidel en la despedida de duelo…». (Narciso)
«Leo los artículos de Graziella Pogolotti y trato de llevar sus enseñanzas a la práctica... En el caso del artículo de este 5 de octubre (¿Qué aprendí de mi padre?), fue magistral su paralelismo de lo que su padre, sin ser pedagogo, le enseñó y de lo que ella tuvo que aprender, y cómo nos hizo reflexionar hasta llevar su reflexión a la pedagogía cubana, de las deficiencias que nos quedan y de los logros que podemos alcanzar si somos consecuentes con lo que hacemos. Para enseñar no hace falta ser un gran pedagogo. No siempre los grandes pedagogos son los que mejor enseñan, por eso hace falta la pedagogía de la vida y esa solo nos la dan nuestros ancestros…». (Ezequiel Romero Bello)
«Mileyda: Muy bonito lo que escribes, además todo es muy cierto (¿Durofrío o melcocha?, Mileyda Menéndez Dávila, página temática Sexo sentido, sábado 4 de octubre). A mí en lo particular no me gusta el «melcocheo», pero es muy agradable tener a una persona que hasta «cierto punto» te mime y te entregue cariño, que inesperadamente te sorprenda con un beso, que pueda sacarte del estrés del centro de trabajo, los problemas cotidianos… Eso vale mucho». (Erik)