Frente al espejo
«Veo la protección principalmente para evitar que ocurran esas barbaridades de abusar de cualquier forma de una niña o de un niño (Cuando se hiere la inocencia, Ana María Domínguez Cruz, 13 de noviembre). Y por eso agrego que la familia —en sentido estricto: padres, madres, abuelas y hermanos responsables— debe ser la máxima responsable por la salud, el bienestar y la integridad física y moral de los infantes. Si es cierto que los agresores —la palabra exacta no es publicable— no tienen carteles en la frente, todo padre y toda madre que ame a sus hijos tienen que precaver para no tener que lamentar… Mis hijas y nieta, para mí, solo están seguras cuando están con su madre y abuela o conmigo». (Francisco)
«Hermoso artículo, digno de tan colosal artista (Lo triste, José Luis Estrada Betancourt, 12 de noviembre). Su modestia, la consagración a su música, el amor a la enseñanza que desde su obra llevará siempre a los seres humanos —especialmente desde las edades más tempranas— la hicieron inmensamente amada por este pueblo. No imagino a los niños cubanos sin Teresita que, por suerte, nos queda para siempre, como el artículo refiere, en sus canciones. Gracias a los directivos de este periódico por dedicarle en su edición impresa toda la página de las culturales a ella. Estoy seguro de que esa decisión la agradecen incluso quienes ayer constituyeron titulares y no pudieron salir, porque ante tan impactante noticia, nada es más importante que celebrar la dicha de haber tenido en esta Cuba a nuestra juglar». (EduArt)
«Mi sentido pésame por la desaparición física de Pastora Yuani Sayú (Pastora nos dejó su guararey, Lisván Lescaille Durand, 14 de noviembre). Su fogoso temperamento en el changüí guantanamero será recordado siempre. Ella fue la música que tanto disfrutó y la que continuarán aportando los hijos que hicieron nacer el son cubano». (Nébuc)