Frente al espejo
«Excelente artículo que toca uno de los temas más polémicos y controvertidos en la actualidad (Sin chaquetas por decreto, Alina Perera Robbio, 22 de septiembre). Nuestras tradiciones del buen vestir en gran medida fueron influenciadas por el turista que venía o viene a nuestra Isla a disfrutar del sol y la playa, llevando todo el día short y chancletas; esto se fue convirtiendo en una moda habitual… Si a lo anterior se une que no existe una enseñanza constante con relación al buen vestir, que está asociado a la conducta y el comportamiento correctos, es evidente por qué las personas le restan importancia en ciertos lugares y momentos. Uno de los más sabios reyes, Salomón, escribió que “todo tiene su tiempo”, algo muy cierto. Es lógico que a la playa no tengo que ir vestida como iría al ballet a ver Giselle, pero hay algo que hemos perdido en gran medida y es la noción de los límites, lo que nos lleva a tener conductas desordenadas, de compostura y actitud, ante las normas establecidas o las que se tratan de establecer. Desgraciadamente, el mal está muy enraizado y a quienes abogamos por retornar a la normalidad nos ven como extraños y ridículos. Estoy con usted en la batalla por la buena conducta y por mejorar nuestra convivencia como seres humanos». (Lidia San)
«Admirada periodista, ¿no crees que todos esos invaluables recuerdos inmateriales puedan (Cajas, Ana María Domínguez Cruz, 21 de septiembre) caber en nuestros corazones, que al decir de Gabriel García Márquez, tal y como nos recuerdas, tienen más habitaciones que un hotel? Y en cuanto a los recuerdos materiales, algunos, los menos o nada románticos, se preguntarán: ¿Para qué guardar todas esas “boberías”? Y pudieran tener razón, aunque cada una de ellas nos traiga, a románticos y soñadores, un grato recuerdo que nos servirá para contarles cosas a los nietos. ¡Qué bello regalo de vida nos has dado hoy! Gracias mil. ¡Benditos sean tu mente y tu ordenador!». (Tide)