Frente al espejo
«He leído con muchísima atención la respuesta dada por Luis Sexto a un lector en el Coloquiando titulado Una pregunta, una respuesta (viernes 19 de noviembre). ¡Bravo por Luis! Una de las facetas inherentes al ser humano es la comprensión, por su capacidad racional de pensar, y con ello su posibilidad de agigantarse ante la forma solapada en que se expresan quienes no comparten nuestras firmes ideas. Un fuerte abrazo y mi solidaridad». (Josefina Medina Betancourt)
«En el JR del 12 de septiembre apareció un interesante artículo dedicado al análisis del alcoholismo entre nuestros jóvenes. Su título era La vida en strike (Mayte María Jiménez y Ana María Domínguez), pero en realidad debió ser, según el tema abordado por las autoras, La vida en straight.
«El término strike es usado en el béisbol para designar a los lanzamientos que pasan por zona buena o a las fallas en el swing. Tiene también otras acepciones, pero ninguna de ellas vinculadas con el alcoholismo… En tanto, el término straight, en una de sus acepciones quiere decir puro, directo, y es este último término el que se usa en los bares para designar un trago puro, directo (sin mezclas).
«Se trata de un artículo de interés por el mensaje positivo que transmite, pero es mi obligación contribuir al esclarecimiento de erratas que pueden confundir a los lectores y, en especial, al sector poblacional al que está dirigido, fundamentalmente, este periódico. Aunque no es un gazapo trascendental, enmendarlo contribuiría a elevar la cultura de nuestro pueblo». (Raimundo Lora Freyre)
Agradezco tan interesante planteamiento. Es cierto que está arraigado el uso de la palabra strike en alusión al trago y a la práctica de beber, cuando lo correcto debiera ser straight. No soy el redactor del trabajo y no puedo precisar hasta qué punto esa herencia cultural influyó a la hora de titular. Pero también es común el uso de esa palabra para referirnos a un individuo ante una situación que lo compromete. Igual significado tiene decir que alguien está «en conteo», «contra las cuerdas», «en tres y dos». Y ese matiz lo captó el título; le da riqueza, fuerza. ¿No le parece?