Frente al espejo
«Con mucha alegría y entre lágrimas leí el artículo Respuestas desde el infierno de este mundo (Alina Perera Robbio, 1ro. de febrero). Estudié con Leticia Martínez en la carrera de Periodismo en la Universidad Central Martha Abreu. Durante cinco años jugamos a ser periodistas en la radio, el periódico y la TV de Villa Clara.
«Crecimos y, aunque estamos en medios diferentes luego de graduarnos, a cada rato compartimos vivencias periodísticas desde el “campo” y en la capital, adquiridas con cada tropezón, recuerdos de unos años universitarios que difícilmente se olviden…
«Resulta entonces que un día Leticia se convirtió en mis ojos en Haití y en el orgullo no solo de sus padres sino de sus amigos. Sus crónicas no pocas veces arrancan lágrimas y te hacen vivir allí, en el infierno de este mundo. A pesar del poco tiempo que le queda para descansar, poner al tanto a los suyos de su estado, añorar su Cuba bella, siempre Leti guarda unas líneas para quienes, desde este lado, cada día ponemos en su buzón: Ánimo, lo estás haciendo muy bien…
«Gracias, Alina, por honrar a quien lo merece. Gracias por permitir que todos conozcan que la juventud también es responsable, capaz de trasmitir sensaciones, leal, consecuente, firme…» (Naislet)
«Magnífico y bello el trabajo que acabo de leer (El aguador de Obispo, Lauren Arcís, estudiante de Periodismo, 3 de febrero). No soy amigo de Oropeza, su protagonista, pero lo conozco como habanero que ha sentido la necesidad de saciar la sed cuando se transita nuestra Habana. Estoy feliz de que se haya publicado esa entrevista, que descubre al hombre sencillo y maravilloso que es. Gracias a JR por brindarnos esta breve historia de una persona que ama lo suyo y a los suyos». (Pedro García)
«Muy bonita y real su crónica, José Alejandro (Lo que Coralita vio, José Alejandro Rodríguez, 2 de febrero). Ramón y Coralia eran y serán el complemento perfecto entre la guitarra, el tres y las maracas. Vistieron el campo de seda sin que se perdiera la esencia del mismo. Lo felicito por recordarnos lo que no se olvida». (Modesto Reyes Canto)