Frente al espejo
«Amigo José Alejandro: Acabo de leer ¿Mandos sin oídos ni ojos? (José Alejandro Rodríguez, 29 de marzo). ¡Cuánta verdad en este trabajo! ¡Cuán necesario decir estas cosas! ¡Cuánto duele y cuánto daño produce la insensibilidad de funcionarios a lo largo y ancho de nuestra patria! (...).
«Las críticas a estas manifestaciones y a lo mal hecho son sistemáticas en nuestra prensa, pero luego no se conoce qué medidas se tomaron con quienes fueron criticados. Creo que si se publicaran las sanciones tomadas con aquellos que violan la ética de un cuadro en nuestra sociedad —como creo que ocurre frecuentemente en Vivienda, Correos, Comercio y Gastronomía, entre otros organismos oportunamente criticados en su sección—, el pueblo se sentiría más seguro de que nadie puede gozar de impunidad tras quebrantar la ley.
«La Asamblea Nacional analizará próximamente los problemas relacionados con la atención a la población, pero sería sabio que esa voluntad de rectificar se concrete en medidas a nivel local contra quienes constantemente incumplen sus deberes. Gracias por su Acuse de Recibo y cuanto usted publica. Así se hace Revolución y un verdadero periodismo». (Helio Vitier Báez)
Dos reportajes sobre la formación de técnicos agrícolas en nuestro país, bajo el título Los amores que le faltan a la tierra, fueron publicados en las ediciones del 15 y 22 de febrero (del equipo formado por Margarita Barrio, Dora Pérez Sáez, Yahily Hernández Porto, Luis Raúl Vázquez, Osviel Castro Medel e Isis Sánchez Galano, estudiante de Periodismo). Saldamos, así, una deuda con el empeño estratégico del país de producir más alimentos, mirando el asunto desde la perspectiva de jóvenes que tienen inquietudes en su primer acercamiento al mundo laboral. A uno de esos trabajos se asoma la siguiente carta:
«En nuestra provincia se leyó con profundidad lo planteado en el reportaje Los amores que le faltan a la tierra, publicado en Juventud Rebelde, y en el que se recogen informaciones y opiniones sobre la formación de técnicos medios en los Institutos Politécnicos Agropecuarios (IPA).
«Estamos convencidos de que las dificultades apuntadas constituyen una realidad en los centros de nuestro territorio, por lo que consideramos muy justa la crítica y la asumimos con responsabilidad, ayudándonos a actuar con más energía para dar solución a los problemas.
«Gran parte de los señalamientos constituyen debilidades nuestras a pesar de que los mismos han sido evaluados críticamente a nivel provincial con la Agricultura y el Ministerio de Educación (MINED), lo que demuestra que las acciones acometidas han sido poco eficientes y que nos ha faltado el seguimiento, control y evaluación del cumplimiento de la estrategia para el fortalecimiento de los IPA.
«Estamos en desacuerdo con la foto que aparece del teatro del IPA Iselín Arencibia, pues este no es el teatro de dicho centro. En lo concerniente a la turbina, queremos señalar que se realizó el proyecto para su instalación y el mismo requiere de un presupuesto de alrededor de 900 CUC, el cual no se ha podido asumir por Educación ni la Empresa. Este tema se ha estado tratando hace más de diez años a todos los niveles y no ha tenido solución.
«Sobre el confort del centro Iselín Arencibia, el pasado curso se repararon cuatro dormitorios y por indicación de nuestro Ministerio se efectuó un levantamiento de las necesidades de los centros de la Enseñanza Técnico-Profesional (ETP) y no tenemos los recursos para realizar las reparaciones.
«En cuanto a la bibliografía, el centro cuenta con suficiente material impreso actualizado y en soporte digital, entregado por la Agricultura y Organizaciones No Gubernamentales con las que tiene convenios de trabajo, (cuya calidad) fue verificada por una reciente visita especializada del MINED.
«La situación del IPA Iselín Arencibia se ha revertido a partir de las acciones tomadas, pudiéndose comprobar por la visita especializada del MINED del 17 de marzo de 2009. Saludos». (Luis Enrique Calderón Piñeiro, Subdirector Provincial de ETP, Ciego de Ávila).
Ningún trabajo del periódico acerca de temas nacionales está ajeno al afán de dialogar con la gente y las instituciones sobre los desafíos del país. Satisface, por ello, que los reportajes hayan encontrado resonancias en la Dirección Provincial de Educación en Ciego de Ávila. Como es importante que se brinde abundante información sobre lo que se hace para cambiar el desolador panorama que encontramos en los IPA y áreas docentes visitadas, sería formidable conocer qué nuevas ideas tiene al respecto el Ministerio de la Agricultura.
Pero más allá de la autocrítica de Educación en la misiva, me siento en la obligación de aclarar que la foto fue tomada ciertamente en el teatro del IPA Iselín Arencibia. ¿Poco antes de que comenzaran las reparaciones? Quizá. La investigación para elaborar un reportaje como este resulta, a menudo, extensa. El repliegue de muchas instituciones para proporcionar informaciones de carácter social no solo es ilógica: también dilata nuestro tiempo productivo.
La foto en cuestión, además, se tomó en presencia de un integrante del claustro del centro. Pero más allá de esas precisiones prácticas, me permito observar que en el Iselín Arencibia hay cientos de estudiantes y algunas decenas de maestros.
¿Puede falsearse algo que todos ellos conocen? ¿Qué pensaría la gente de nosotros y de la seriedad con que trabajamos? ¿Qué ganaríamos con dañar la credibilidad de nuestro reportaje, del periódico y de la prensa revolucionaria? El apego a la verdad, amigo Luis Enrique, es nuestra rosa náutica y más importante capital. Demasiadas esencias hay en juego como para perder de vista ese principio.