Frente al espejo
¡Enhorabuena! Esa fue la primera expresión que encontró el estudiante que llevo dentro tras leer el comentario Inteligencia creativa, de Hugo Rius (15 de febrero).
Unos días antes se habían hecho públicas disposiciones del Ministerio de Educación Superior sobre la presentación de los trabajos de diploma de los graduandos universitarios. La opinión de Rius confirmó la justeza de exigirles únicamente la entrega de su tesis en formato digital, evitando a los estudiantes y sus familiares «un desenfrenado y enajenante afán por el deslumbrante lucimiento de la impresión y encuadernación de los trabajos de diploma».
¿Cómo ve el tema un profesor universitario? A continuación va otra opinión, pero esta vez desde la cátedra:
«Respetable compañero Hugo Rius, con mucha atención he leído su artículo y comienzo expresándole que lo considero un excelente trabajo visto desde la óptica con que usted lo escribe; esto es, desde el lado del estudiante y su familia.
«Coincido plenamente con usted que lo que venía ocurriendo era que estábamos educando al estudiante en que “el fin justifica los medios” y, por tanto, que él debía resolver por cualquier vía la impresión de su tesis.
«Por otro lado, el ejemplo que usted pone sobre la injusta evaluación de una tesis por la mala calidad de la portada es algo que me causa vergüenza.
«Ahora bien, mucho me agradaría hablar con usted viendo el asunto desde el lado del profesor. Imagine que es jefe de un departamento docente de 30 profesores y que tiene 80 alumnos en quinto año que le entregan igual cantidad de tesis. Como promedio, cada docente deberá leer en el monitor de su computadora cuatro tesis: la del alumno que tutorea y las tres de las que es oponente.
«La revisión crítica y profesional de una tesis requiere adelantos y retrocesos durante su lectura, y en la computadora eso es bien incómodo, sobre todo si el promedio de edad de su claustro supera los 55 años y, por tanto, la cervical anda haciendo de las suyas.
«Hay que seguir buscando una buena solución, en la que impere la educación del estudiante en condiciones pedagógicas buenas. ¿Qué tal la venta en condiciones honorables del material necesario para una tesis impresa satisfactoriamente, a tono con nuestras condiciones económicas, y no una tesis de lujo? Aguardo sus comentarios». (Dr. Rafael Pardo Gómez, director del Centro de Investigaciones Hidráulicas, CUJAE)
Y he aquí lo que respondió el periodista:
«Estimado Doctor: Mucho le agradezco su consideración sobre mi comentario y, sobre todo, su interés sobre el tema y lo que aporta para encararlo con inteligencia creativa.
«Ciertamente requiere un análisis holístico, y yo solo intencionadamente opté por referirme al ángulo más urgente, si se quiere más dramático y comprometedor, al que hay que acabar de acorralar por su obvio impacto deformador en el proceso educativo, y que involucra a ese eslabón decisivo que es la familia. Como habrá podido percatarse, conté una experiencia personal, directa, y por mantenerme por principio en mis trece, mi hijo pagó algún precio —que no hiperbolizo—, porque en fin de cuenta quedó la certeza del conocimiento construido.
«Nos queda como “asignatura pendiente” la perspectiva del docente que participa en el acto académico, y créame que también me siento bajo su misma piel, pues desde hace décadas ejerzo como profesor adjunto en la especialidad de Periodismo, y cuando se acercan los meses finales de los períodos docentes me convocan a participar en una virtual zafra de trabajos de diplomas y tesinas, con frecuencia tensa, angustiosa y fatigosa, sin abandonar mis otras obligaciones profesionales.
«Le confieso que hasta llega a incomodarme leer textos extensos en la pantalla del ordenador —debe ser porque mi ubicación etarea me apega demasiado a la Era Magunciana, al hábito incurable a voltear cuartillas impresas, a esa lectura tan personal que ignora imprevistos energéticos y otras exigencias de la era digital.
«Con independencia de que vuelva sobre el tema, en ángulos ausentes en mi comentario, ya usted participa en el principal objetivo que busco: movilizar la inteligencia creativa con sugerencias y propuestas. El periodista no es más que un mediador público, que alerta, que aspira a incentivar el pensamiento, para que entre todos encontremos una solución realista, factible». (Hugo Rius)
«Compañera: ¡Qué hermosas líneas! (Mi Venezuela, Yailin Orta Rivera, 17 de febrero). Recibe un abrazo repleto de cariño desde la “redentora Venezuela”, que te alcance para compartirlo con todos en tu casa y la Cuba inspiradora. Sabroso saberse acompañado en estos caminos de la construcción socialista. Cada día seremos más. Patria Socialista o Muerte». (Vladimir Sosa Sarabia, Fundación Geoparques de Venezuela)
«Estimado Jorge Luis: He leído su artículo Somalia: caos en tierra y mar (Jorge Luis Rodríguez, 22 de febrero). Siempre me hice algunas preguntas sobre estos piratas y han sido respondidas al leerlo, sobre todo acerca de la base social de este fenómeno. Excelente artículo... Hubiera sido muy bueno saber, y esto no lo tome como una crítica, cómo los piratas abordan las embarcaciones modernas». (Armando)