Frente al espejo
«Estimado Kike Quiñones: Abordar el tema del humor como usted lo ha hecho en su artículo ¿Adónde va el humor? (suplemento dedeté, 25 de enero), requiere valentía, más que todo por lo mismo que usted dice en él y que no pretendo repetir. Soy un trabajador con más de 30 años laborales, que aprecio y disfruto el humor sobre todo cuando es bueno. Encontrar esos atributos hoy en día en cualquier lugar no es tarea fácil, ya que el humor requiere de una percepción extrasensorial del (de los) individuo (s) que lo hace (n); no es solo ser gracioso. He lamentado a veces encontrar humoristas que “son de los que están”, según la clasificación que usted ha dado, y quienes en aras de hacer reír distorsionan hasta los mejores logros que hemos tenido. Aprecio sinceramente su valor y lo exhorto a continuar el tema en este y otros escenarios. Sepa que vale la pena, como dice la frase que ya es tan popular». (Vicente Rodríguez Galano, Plaza de la Revolución)
«Disfruté y disfruto muchísimo su trabajo ¿Hice mal periodista? (Luis Sexto, Coloquiando, viernes 23 de enero). Estoy graduado de Licenciatura en Economía Agropecuaria desde 1985 y curso en estos momentos un diplomado sobre la atención al tabaco que complementa lo que la experiencia práctica me ha enseñado durante 13 años en el sector.
«Es usted uno de mis más admirados periodistas, y solo el hecho de que un trabajo esté firmado con su nombre me motiva a leerlo completo y así hice con el texto mencionado.
«Estoy seguro que el Doctor Simón tiene la razón. Hemos desechado, olvidado y violado leyes económicas descritas y explicadas, incluso, por los clásicos en esta materia. Pienso que en ocasiones se pasa por alto que la conciencia es reflejo de la realidad objetiva, por lo que hay que desarrollar esta para que consecuentemente se desarrolle la primera, y es aquí donde entran a jugar su papel las leyes económicas.
«Aunque el tema tratado en su trabajo no es nuevo, ha ido recobrando cierta connotación en los últimos tiempos. Usted mismo lo ha abordado en anteriores trabajos, y recuerdo en la sección En Cuba, de la revista Bohemia de abril de 1991, una reflexión que usted hacía: “con la mano derecha de la conciencia y con la izquierda de la estimulación material se pueden hacer muchas cosas”.
«El hombre es ante todo un ser biológico con necesidades básicas y la conciencia, como dicen algunos, no viene en cajita de fósforos. Hay que crearla y forjarla. Sí, usted y el Doctor Simón hicieron bien». (David Tasman Mairs Santiesteban, Empresa de Acopio y Beneficio de Tabaco Lázaro Peña, San Antonio de los Baños)
«He leído el reportaje titulado Joven galeno en difíciles misiones, publicado en Juventud Rebelde el 13 de enero del año en curso (Hedelberto López Blanch), el cual considero muy interesante e instructivo, enalteciendo ante todo el valor de la medicina cubana, especialmente la Ortopedia, que ha alcanzado éxitos relevantes y el trabajo abnegado de nuestra juventud en difíciles misiones internacionalistas.
«Sin ánimo alguno de menospreciarlo, creo existen en él algunas imprecisiones, las cuales le señalo en aras de fortalecer más su reportaje. Los varones culminan la carrera de Medicina con una edad promedio entre 24 y 25 años. Si el doctor Abel Valdés Díaz nació en el año 1973 y se graduó en 1997, no es posible que a los 25 haya cumplido tres misiones internacionalistas —a esa edad estaba recién graduado. En el sumario hay un error de fecha; actualmente el joven médico debe tener 35 años.
«No concuerdo con el autor en que pocos médicos comparten el raro privilegio de alcanzar tres misiones teniendo corta edad para ello. Tuve el privilegio de asistir a la graduación de Ciencias Médicas del año 2005, realizada en la Ciudad Deportiva y presidida por el Comandante en Jefe Fidel, en la cual fue creado el Contingente Henry Reeve, a raíz del huracán Katrina que azotó a Nueva Orleans.
«Uno de los jóvenes galenos allí graduados fue mi hermano, que junto a otros de sus compañeros forman filas en ese gran contingente de batas blancas. El 8 de octubre de ese mismo año partieron por espacio de dos meses hacia Guatemala, nación en situación de emergencia tras el paso de la tormenta Stand. El 27 de diciembre del propio año fueron llamados nuevamente, no precisamente para una situación de emergencia pero sí para un país muy pobre, apenas conocido, y con un sistema de salud en muy malas condiciones, la República de Timor Leste. Esta vez fue por espacio de 27 meses y en condiciones realmente difíciles. Al poco tiempo y de vuelta a casa, el 16 de julio de 2008 son llamados nuevamente, y en esta ocasión parten hacia la República Bolivariana de Venezuela donde se encuentran en la actualidad. Entre ellos, de Matanzas están: Aylin Barceló, Liuba Martínez, Yamil Baró, Alejandro de Cienfuegos, Ayme Alfonso (en Angola), entre otros.
«Como se verá, la edad promedio de estos jóvenes médicos oscila entre 27 y 28 años y ya cuentan con tres misiones internacionalistas. El doctor Abel Valdés Díaz posee unos méritos excelentes y ha realizado un trabajo magnífico, pero existen otros que al igual que él han enaltecido el sistema de salud cubano a escala internacional llevando un poco de luz y esperanza a otras partes del mundo.
«Estoy a su completa disposición si desea información sobre el trabajo desempeñado por estos galenos en el ejercicio de su profesión en tan abnegadas misiones, entre los que destacan militantes del PCC, colaboradores integrales y vanguardias nacionales». (Yannia Baró, Licenciada en Geografía, correctora de prensa en la Editora Girón, Matanzas)
Damos las gracias a Yannia por sus valiosos criterios. Las opiniones de cualquier lector son bienvenidas y si provienen del gremio lo son más. El error en el sumario no es del autor. El doctor Abel y otros médicos y técnicos de la Salud, especialmente si son jóvenes, son héroes sin rostros de una historia que está por escribirse y continuamente suma nuevos capítulos. Todos podemos contribuir a conformarla.