Frente al espejo
Me atrevo a asegurar que el comentario Dinero (Rufo Caballero, 9 de enero), ha pasado al lugar donde los lectores guardan los retratos breves más agudos que hemos venido publicando sobre nuestra sociedad. Los dejo con varias opiniones sobre el mismo:
«Después de leer su trabajo Dinero, sabemos que en el teatro América una cantante se puede quitar los zapatos y vociferar desde una luneta, un humorista es capaz de lanzar vulgaridades y el dinero puede ser consagrado como paradigma durante todo un espectáculo.
«Si nosotros necesitamos salvar la cultura para salvar la nación cubana, ¿por qué ocurren y por qué se toleran hechos como este en nuestras instalaciones culturales?
«¿Qué les pasa a esos seudoartistas, a los productores, a los promotores y a los directivos de los escenarios que los acogen?
«¿O es que vamos a conformarnos eternamente con los lamentos de la “indebida jerarquización”, el intrusismo y otras quejas de pasillos, asambleas e informes de balance». (Martín)
«Me alegré mucho al leer Dinero. Lo felicito sinceramente porque una vez más no se queda usted en las medias tintas, aunque faltó mencionar algunos nombres.
«La gente —y en especial los jóvenes—, tiene deseos de diversión y esparcimiento, pero al parecer entre quienes organizan actividades culturales de este tipo sigue primando la lentejuela y la cosa banal, fácil, y esto ha ido permeando de manera lamentable casi todo el espectro cultural cubano, incluyendo algunos de los programas en los medios de difusión que apuestan por lo que parece ser un desfile de “estrellas”.
«Tampoco estoy en contra de lo popular siempre que sea legítimo y se haga con decoro y calidad. Lo demás será poco más que bufones bien entrenados, en busca no precisamente del aplauso del público». (Frank Manuel Piñón)
«Me gustó mucho su artículo si lo leemos tal y cual es. Plantea una realidad contradictoria: “lo que sucede en la vida práctica” y “lo que queremos que suceda”. Cómo unir ello es muy difícil.
«Su pregunta de “¿Dónde fue que nos equivocamos?” me parece clave. Su artículo no la responde porque entonces sería otro. Tengo 38 años, y nuestra generación creció hasta cierto punto en una urna de cristal que al llegar a los 90 se rompió. No nos acostumbramos a ver ciertas cosas que quisiéramos que un día desaparecieran, pero para que sea así tenemos que decirlas y adoptar decisiones... Detrás de todo está, en última instancia, la base económica, como apuntaban los clásicos del marxismo». (Ariel Álvarez Amador)
«Excelente es el calificativo que puedo darle a su artículo, aunque creo que deberíamos profundizar en las causas objetivas asociadas a esa lujuria material por el dinero en esta etapa de nuestro proceso revolucionario, para ser consecuentes con la filosofía que preconizamos, que ante todo es dialéctica y materialista.
«Para crear el bienestar espiritual, primero hay que sentar las bases del bienestar material. Sobre esta base deberíamos mostrar que el dinero representa un medio para el logro de determinados objetivos, pero nunca puede representar el fin supremo de la actividad humana.
«Creo que este tema tiene muchas aristas y que nuestra sociedad debe analizarlo con la profundidad que merece». (Alfredo Torres)
«Admiro su valor para escribir el comentario Dinero. A veces la verdad asusta, mas no importa. Rindámosle culto. No desmaye». (Manuel Ferrer)