Frente al espejo
En nuestra edición del 3 de enero publicamos el trabajo titulado Cuba: ¿la gran Intranet educativa?, de Ariel Núñez Morera, que trajo de regreso a nuestras páginas la polémica sobre cuánto provecho podemos sacarle a la inversión que en materia informática está realizando la Revolución.
Más allá de casos puntuales mencionados o de otros que pudiera evocar el lector a partir de su experiencia, este reportaje puso a pensar sobre la escasa y desactualizada presencia de contenidos en nuestras redes computacionales —lo cual no pocas veces crea un callejón sin salida a internautas que buscan información—, y sugirió aprovechar la Intranet nacional para crear un pool informativo-educacional que beneficie a la mayor cantidad posible de usuarios, creándose una especie de enciclopedia a la que se denominó Wikriolla.
La reacción de los lectores en torno a estas ideas no se hizo esperar:
«Mis más sinceras felicitaciones por su artículo. Creo que era una reflexión necesaria para fomentar el aprovechamiento intelectual del que se dispone y las inversiones realizadas en conectividad, que ayudan pero están subutilizadas. Un proyecto así contribuiría a fomentar el desarrollo de la conectividad hacia una gran Intranet nacional». (Luis Enrique Soto Espinosa, especialista en Ciencias Informáticas, Granma)
«Debo hacerle notar que la obra de Martí está bastante completa en la biblioteca virtual de la Biblioteca Nacional José Martí; y en cuanto a Carlos Baliño, hay una página en el sitio de Cubaliteraria. Por lo demás, es verdad que en la Wikipedia u otras enciclopedias lo referente a Cuba y su Revolución no está desarrollado en medida suficiente o está bloqueado por conflictos con los de Miami». (Adelino Pina Tulles)
«Me resultó muy interesante su artículo y pienso que la Informática necesita desde hace rato trascender los escasos y limitados foros que existen en la “intranet cubana”, que más que polimórfica es amorfa y ha crecido de manera ciega y en desorden.
«Creo que debiera crearse un mecanismo efectivo que sistematice y controle el universo de las web en Cuba... Desde hace mucho tiempo he expresado mi preocupación por la falta de información precisa y amplia sobre la historia pasada y actual de nuestro archipiélago, y creo que el tema requiere de mucha atención y es urgente trabajar en él». (Frank Piñón, informático especializado en servidores y redes de datos, Las Tunas)
«Este artículo, que leí con agrado, es uno de los más críticos que he visto sobre el tema. Resulta realmente increíble que en nuestra Intranet se pueda encontrar muy poca información sobre cuestiones del patio, y los ejemplos que cita en el trabajo son muy ilustrativos. Nuestros estudiantes pueden encontrar muy poca información para sus estudios porque, como bien usted expone, la Intranet nacional tiene muy poco contenido.
«Otro gran problema es que al buscar información sobre historia de Cuba —por citar un ejemplo— en cualquier sitio extranjero, el navegante corre el riesgo de que la información sea falsa y por tanto adquirir un conocimiento erróneo. Este tema bien merece varios análisis». (Miriel Martín Mesa, administrador de red, Universidad Central Marta Abreu, Villa Clara)
«Sentí una inmensa alegría al leer su trabajo y ver que comparte ideas que seguramente muchos tenemos y anhelamos ver hechas realidad. Ya usted expone varias de las razones por lo que sería relativamente sencillo y extremadamente práctico y útil disponer de una red nacional donde se puedan encontrar informaciones de todo tipo... Le escribo porque deseo que nos mantenga al tanto de lo que progrese este tema y nos diga de qué manera podemos ayudar». (David Ricardo Campos, CIMEX, Ciudad de La Habana)
«Solo quiero comentarles lo acertado del reportaje sobre la Intranet nacional, que recoge un problema que a todas luces nuestro país puede enfrentar y resolver aun cuando no es sencilla su solución. Ni qué decirle de los ejemplos que tengo buscando información para los trabajos de clase de una de mis nietas...» (Orlando Interián Pérez)
«A lo señalado con toda razón por el autor del artículo debe agregarse que a cada rato aparecen en la prensa informaciones sobre software educacionales que salen a la luz, pero ¿cómo y dónde puede accederse a ellos?
«Estoy muy familiarizado con las tareas escolares de mis nietas —una está terminando Primaria y la otra comenzando Secundaria—, que implican búsquedas de información sobre personalidades relacionadas con nuestra Historia y a menudo tengo que acudir a sitios extranjeros para obtenerlas... Hasta conseguir una foto o pintura para que ellas conozcan a la persona en cuestión resulta en ocasiones un problema.
«Algunas bibliotecas también carecen de literatura y el trajín escolar, al menos en Secundaria, deja muy poco tiempo para asistir a ellas entre semanas». (Agustín Moinelo, trabajador de CUPET)
«Un asunto no abordado es el de las motivaciones que pueda tener una persona o entidad para poner, mantener y actualizar cualquiera de las variantes de un sitio web como los que se analizan. Me refiero a las motivaciones regulares y sistemáticas, personales y/o institucionales para invertir el tiempo y los recursos necesarios para poner en práctica el programa que se propone en la última sección del trabajo...
«¿Quién va a poner la voluntad organizativa y la capacidad de motivar —en todas sus variantes— para hacerlo? ¿Quién y qué se va a “ganar” por la calidad de su diseño y concepción, por el nivel de actualización, por la calidad de la información que aporte, por la facilidad de su operación, por lo exhaustivo de la búsqueda, por la veracidad, objetividad y adecuada orientación ideológica de los datos; por cotejar varias colaboraciones de un mismo tema; por colocarlas en el sitio y relacionarlas con otras? ¿Quién responderá por las colaboraciones que se publiquen y quién va a juzgar por lo adecuado de una colaboración? ¿Quién definirá las temáticas y las colaboraciones necesarias, quién las solicitará y a quién? ¿Quién y qué va a “ganar” el que emplee su tiempo en elaborar una colaboración?
«¿Quién y qué se va a “ganar” por la cantidad de accesos que en definitiva tenga una página? Porque el asunto no es solo hacerlas y mantenerlas; también hay que asegurar que crezcan los usuarios satisfechos... ¿Se puede ejecutar un proyecto tan ambicioso y de resultados tan sensibles por espontaneidad y por el amor al arte de algunos entusiastas bienintencionados?
«Creo que a tu magnífico artículo solo le faltaba una pregunta: ¿quién le va a poner el cascabel al gato?» (Luis R. Capó)
«El artículo de Ariel Núñez Morera me trajo dos preocupaciones, una como bibliotecario y otra como informático. Desconozco las bibliotecas a las cuales él se haya dirigido para encontrar información sobre Sanguily y Baliño, pero sí puedo asegurar que en una cantidad importante de instituciones públicas en nuestro país existen amplias respuestas a su solicitud.
«En cuanto al tema informático, no me explico cómo JR presta sus páginas para que una persona, luego de 12 años de aparecida la primera página cubana en Internet y 11 años de creado el nodo cubano en CENIAI, se le pueda ocurrir proponer la creación de una Intranet nacional.
«En cuanto a la actualización de los sitios existentes, el autor comete un error. Hay sitios que cumplen el rol de ser un mural para describir al mundo cuál es el objeto social y las características de determinada entidad.
«Por último, hace tiempo que fue desechada la idea de poner multimedia en Internet, pues los conceptos para uno y otro caso son completamente diferentes, incluso a la luz del aumento de las altas velocidades de transmisión.
«No me pasa por la mente una apología de la Red Cuba (esa “Intranet nacional” que el autor propone crear y que existe con casi un millón de páginas y bautizada desde hace un buen tiempo), pues tiene problemas que, en muchos casos, tienen relativamente fácil solución. Tampoco creo que tengamos todo resuelto con respecto al acceso a los diferentes contenidos, incluso en sitios nacionales.
«Obviar lo que existe, con dificultades pero de igual forma con balance favorable, fruto del esfuerzo de personas que muchas veces solo poseen las mínimas condiciones de trabajo y una dosis mayúscula de buenos deseos, no me parece que sea el camino para salvar lo bueno, eliminar los errores y seguir adelante». (Víctor Ángel Fernández)