Acuse de recibo
Con molestia y preocupación se refería el pasado 24 de diciembre Fernando Lussón Prats a la situación higiénica y de salud en su barrio, en calle 5ta., No. 16, del reparto Jiménez, en la ciudad de Santiago de Cuba.
Su incomodidad partía de una vivienda vecina que, inconcebiblemente, fue convertida desde el frente hasta el fondo en un basurero. La casa es propiedad, agregaba, de una persona jubilada.
Relataba que el señor de marras se dedica a recolectar en su vivienda basuras de todo tipo. «Los trastos obstruyen ya totalmente la puerta de entrada de la casa e impiden el paso al interior, por lo que tiene que valerse de un pasillo fuera entre la bodega de la canasta familiar normada y un garaje contiguo», puntualizaba.
Lo más preocupante de la cantidad desproporcionada de basura allí, según decía, ha sido la proliferación constante de ratones, guayabitos, cucarachas y otros insectos que ponen en riesgo la salud de los vecinos, pues se trata de una vivienda que está al lado de la misma bodega que atiende a más de 3 000 consumidores en la zona.
Pero, además, recordaba, hace solo unos meses esa enorme acumulación de basura dio origen a un incendio de magnitudes considerables que requirió de la intervención del Cuerpo de Bomberos y puso en peligro tanto a la bodega como a las viviendas colindantes.
«Es penoso que con las tantas quejas formuladas a lo largo de los años (desde 2015), este perjudicial problema no haya sido resuelto, sino que más bien se empeora con el trascurso de los días», explicaba.
Sin embargo, parece que ahora sí hubo oídos receptivos a la queja de los vecinos de la calle 5ta., del reparto Jiménez, en Santiago de Cuba. Según destacó en la respuesta Yaqueline Morales Guillot, presidenta de la Dirección Ejecutiva del Distrito 1 José Martí, en la oriental provincia, se visitó el lugar y comprobaron el gran cúmulo de materias primas y basura que sobrepasaba el nivel y obstaculizaba completamente la acera.
Tanto es así que la dirección de Servicios Comunales colocó en el lugar una cama ampirol para la recogida de los desechos sólidos, y se evaluaron, al decir de la directiva, alrededor de dos camiones de basura.
Por su parte, la Empresa de Recuperación de Materias Primas extrajo de la casa solo los deshechos comercializables y rentables, precisó, y pesó 3 070 toneladas. Esa cantidad se calculó y se le pagó mediante cheque al vecino recolector que, al verificar su caso la dirección de Trabajo y Seguridad Social, verificó que no se trata de un trabajador por cuenta propia.
Sin embargo, aclaran en la respuesta que la dirección de Inspección no le impulso multa por tratarse de un adulto mayor de 80 años, y que ha sido diagnosticado con conducta obsesiva compulsiva, con dificultad persistente para deshacerse de objetos. O sea, trastorno de acumulación (Síndrome de Diógenes).
Como medida preventiva, agregó, se adoptó la decisión de realizar de forma sistemática la inspección sanitaria, la recogida inmediata de la materia prima recolectada y la vigilancia por parte de los vecinos de la comunidad.