Acuse de recibo
El pasado 19 de diciembre, y desde la ciudad de Camagüey, Ana Rita López González lamentaba aquí que el cobrador del agua iba cada tres o cuatro meses a cobrar ese servicio, y no cada mes, como lo hace el de la electricidad.
Y argumentaba su desacuerdo expresando: «No es lo mismo pagar un mes que tres o cuatro juntos, sin saber si tienes ese dinero. Creo que a él le pagan por su trabajo mensualmente y no cada tres o cuatro meses».
Al respecto, responden el director general de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Camagüey y la especialista de Atención a la Población de esa entidad, quienes al parecer olvidaron estampar sus respectivos nombres.
Precisan que para esclarecer el asunto se creó una comisión, integrada por ellos dos, que visitó a Ana Rita, y le patentizaron que le asiste la razón.
«El cobrador, afirman, debe de personarse en su vivienda mes a mes, incluso de dos a tres veces. Con respecto al pago de la deuda debe de conveniar con el morador, según sus posibilidades financieras, el monto a pagar hasta que sea liquidada».
Se le explicó a Ana Rita, señalan, que la visita del cobrador se atrasa en su gestión de cobro por no tener suficiente personal para cubrir la demanda; pero ello no justifica que se cobre la deuda de golpe.
Como suscriptor del periódico Granma, el pasado 4 de diciembre y desde el municipio capitalino Playa, Ernesto Soto Vilaboy se quejaba aquí de Correos de Cuba, específicamente de la unidad de 70, entre 19 y 21, en el propio territorio.
«Me cobran el servicio lógicamente, decía, pero el cartero se enferma y nadie me trae el periódico. Tengo que ir a buscarlo yo y el dinero por el servicio no lo devuelven. Ahora, como el cartero estuvo enfermo, nadie nos avisó. Y en diciembre no tendremos prensa por no pagar, porque me cobran por adelantado. Y a pesar de ir a recoger el periódico nadie nos dijo nada.
«Para cobrar son muy eficientes, pero para asumir compromisos son pésimos. Si alguien cobra por un servicio y no lo puede dar, tiene que devolver el
dinero cobrado por el servicio y buscar una solución. Porque el cliente no tiene ninguna culpa de los problemas que pueda tener el prestador del servicio», concluía.
Al respecto, responde Yusimí Iglesias López, directora general de la Empresa de Correos Habana Oeste, que esa entidad realizó una minuciosa investigación con el jefe de Cartería de esa unidad. Y se comprobó que el cartero que portea ese barrio se encontraba enfermo, convaleciente de una operación.
Además, refiere que al cliente no se le cobró 37 pesos por el servicio, sino 27, ya que no le llevaban el periódico a su casa. El jefe de Cartería se lo guardaba en el correo y se lo entregaba personalmente. Y no podían llevárselo al quiosco, pues como es suscriptor que había pagado la prensa, temían una posible equivocación por parte del quiosquero de cobrarle doble.
Asegura que el cliente no perderá su suscripción. De no pagarla a su cartero, puede hacerlo en la misma oficina de correos.
«Lamentamos las molestias ocasionadas al cliente, a quien le ratificamos que la Empresa de Correos Habana Oeste está trabajando por elevar la calidad de los servicios que brinda, y tan pronto se reincorpore el cartero de su barrio restablecerle el servicio a domicilio», concluye.
Rita Hurtado Suárez, quien reside en Calle 3ra., Edificio 20, apto. 3, entre 12 y 14, en el reparto Escambray de Santa Clara, denuncia con dolor y desesperación que su hija de 11 años, estudiante de Danza en la Escuela de Arte de esa ciudad, es víctima del bullying o acoso infantil.
«Ya me he acercado a la escuela en otras oportunidades y he hablado con la jefa docente. Le he manifestado la situación y las cosas que las compañeras de aula le hacen. Pero no surte efecto, se calman un día y continúan.
«La maestra del aula también está al tanto de la situación, pero todo sigue igual. Me pregunto: ¿Qué puedo hacer si la escuela no le da solución a este tema? Mi niña siente miedo de ir al centro porque la situación se pone cada vez más violenta», denuncia.